Que corra el contrario y el balón
Decía Johan Cruyff que "quien tiene que correr es el balón" saber controlarlo, tener precisión al pasarlo, y los regates siempre efectivos, que desborden a los contrarios para que tenga terminación la jugada: pase efectivo a compañero, centro o disparo puerta. Quien tenía que correr era el contrario.
De poco nos sirven once vestidos de corto corriendo cómo locos, si se cansan pronto, si después de recuperar el balón lo devuelven al contrario por estar agotados; que me dice si el compañero después de tanto correr cómo un condenado, no tiene precisión y control de la situación.
Luego hay un error común en muchos entrenadores, la presión sobre un jugador ¡no señor! la presión es sobre el balón cuando llega a su parcela, adelantarse y controlar el esférico para tener posesión de él, no ir cómo un loco detrás del Messi de turno, que mientras miramos para él, corremos detrás suyo, dando vueltas, giros y cambios de ritmo, él controla el balón y nos dejó sentados, tocados, cansados y hundidos. Es común perder un centrocampista de esos que corren mucho al gusto del Señor Anquela, verlo a la media hora arrastrándose y no tocando la pelota ni una sola vez, lo cual el equipo jugó con uno de menos todo el partido. Luego sale en rueda de prensa el míster (para justificar tan nula decisión) a decir que hizo ese jugador realizó un labor oscura ¡muy oscura, si Señor! Estamos hablando de equipos que quieren estar arriba, si queremos pelear por la 5ª plaza de abajo, podemos correr para que nos vean sudar los espectadores, mientras quien hace las delicias del respetable es el contrario con su calidad.
Entrenadores que piden correr y suerte antes de empezar la temporada, me da que no confían demasiado en las facetas que hacen triunfar a un equipo: Que además de la preparación física, saber elegir jugadores que se complementen y tengan calidad individual, las tácticas, estrategias y colocar al mejor en cada puesto, no lo es todo... se necesita que toda la plantilla esté valorada, saber que el entrenador confía en cada uno de ellos; esencial: no dejar entrever que el Jefe que está nervioso, cómo dice estarlo usted antes de empezar a rodar el balón. Una plantilla cómo la del Real Oviedo, ya debiera estar perfilada y preparada para los retos más altos: Solo correr, pedir suerte y nervios no son la mejor de las recetas para elaborar un buen equipo de fútbol.
No entiendo cómo los equipos acuden cada año a Covadonga a ser bendecidos para tener suerte y ganar partidos. Los santos y la Iglesia no deberían de estar para estas cosas de ocio y negocio. El cura que se presta a ello, mejor que santificar a privilegiados que ganan en un mes lo que un trabajador medio en dos años; lo hiciera con los que no ganan para comer, los pensionistas que tienen que estirar su baja pensión con los hijos y familia añadida, con los parados de larga duración, para que todos ellos le ganen el partido a la supervivencia diaria.
Por todo ello, Señor Anquela, empieza flojito de ánimos, pidiendo correcaminos, suerte y soltarnos que está nervioso. Nervioso tiene que estar quien no sabe cómo estirar su sueldo para dar de comer a sus hijos, pagar hipotecas, calefacción, luz, tasas y matriculas para preparar a sus hijos ante este mundo que solo vale quien tiene colgada titulación, el resto ni Covadonga se acuerda de ellos.
Un saludo, le deseo toda esa suerte; si lo hace bien seré el primero en reconocerle todo. Pero me temo que el Real Oviedo, mejor tenga relevo a la vista que esté a la altura de los retos que pretende.
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