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¡Madre mía, qué país!

23 de Agosto del 2017 - LUIS ANGEL GIL URBON (GIJON)

El Isis. Ahí los tenéis, ¿o ya se encontraban hace tiempo aquí, entre nosotros? Atropellando y matando peatones con un vehículo por el paseo de Las Ramblas, sin discriminación y al por mayor, caiga quién caiga, eso da igual, cuantos más mejor, y a atrincherarse después en un bar turco, donde con toda probabilidad los terroristas se comieron un kebab, a la salud de Alá, o varios. La CIA avisó hace dos meses del riesgo inminente de atentado con detalles y supongo ubicación GPS: paseo de Las Ramblas y tal. Alerta máxima, Marianico, pues no van de farol. No es esta la primera ocasión que los norteamericanos nos advierten de la existencia de células yihadistas asentadas, creciendo, a su aire, en nuestro país. Concretamente sobre Barcelona llevan años dando toques, avisándonos. Dos meses antes, ya les digo. Mientras tanto don Mariano, que presume de tener excelentes medidas de seguridad para prevenir y evitar posibles ataques terroristas, goza de sus merecidas vacaciones. Mientras en la Ciudad Condal, Puigdemont, en su lucha por la independencia se da de yoyas hasta con Antonio Machado. ¡Madre mía, qué país!.

Grupos de ultraderecha han convocado una marcha por La Rambla con eslóganes como "Terroristas no bienvenidos" o "Stop islamización de Europa", que acabó en un choque de trenes con grupos contrarios ¿a que? ¿Al eslogan? ¿A la orientación ideológica de los 30 manifestantes, que portaban pancartas que cualquier persona, sensata y fuera de sus cabales pudo portar, dada la gravedad del suceso? Hubo la del pulpo, no faltaron insultos ni mamporros ni tampoco el habitual forcejeo, hasta que hubo de intervenir las fuerzas del orden, para poner fin al desorden, escoltándoles fuera del paseo entre abucheos de la concurrencia. En 'El corazón del ángel', el actor Mickey Rourke, grita "¡Yo sé quién soy!", pero, como no era él, Lucifer le exige que le entregue el alma. Yo no sé, amigos, qué hubiese puesto en la pancarta.

De la caza de brujas, catalanista, no se salva ni el apuntador. He caído al suelo más redondo que las gafas de Quevedo, de la fatal impresión, que mira por donde también está en lista. El Ayuntamiento de Sabadell ha encargado un informe sobre la aplicación de la ley de memoria histórica en el callejero de los municipios españoles. El documento, elaborado por el historiador José Abad (no digo Josep para que también a mí me incluya junto a tan insignes personajes), propone, entre otras lindezas, modificar el nombre de una plaza dedicada al poeta Antonio Machado por su trayectoria españolista y anticatalanista, dice Giuseppe. ¡Toma ya!. Y no se queda ahí el padre de la criatura (Pinocho) ya que en la larga lista incluye también a Goya, Góngora, Espronceda, Campoamor, Moratín, Molina (Tirso, no el cantante), Calderón (el de la Barca), Adolfo Bécquer (cuidado no confundir con el otro, Adolf) y don Mariano José Larra (obvio que no el otro). ¡Dios mío, qué le habrán hecho estos dos! Uno cantando al amor y el otro amargado con las paredes y escaleras estrechas de las viviendas de su época. Pues, son ejemplos paradigmáticos del "modelo pseudocultural franquista" que, según el historiador, debería de corregirse. ¿Y La Pasionaria también fue franquista? Qué va, esta fue seguidora de Stalin. En fin. Ojalá te planten un busto de madera sin tallar en Sabadell, de palo y a tu medida, Giuseppe.

No les voy a cansar con la vida y obras de este individuo. Abdelbaki es Satty, el imán de Ripoll, disponía en su casa, al norte de Marruecos, de un jardín con miles de plantas de cannabis y de infinitas plantaciones, que llegan a rodear hasta el jardín de la mezquita, en la aldea de Tangaya. Tras lograr burlar la frontera de Ceuta en un coche petao de hachís, hasta las escobillas limpiaparabrisas, fue detenido al intentar entrar en el ferry que va hasta Algeciras. De ahí al trullo. Condenado a cuatro años de prisión por tráfico de drogas y orden de expulsión. Pero, sus representantes legales presentaron recurso ante esta orden emanada de Delegación del Gobierno: que si protección de los derechos internacionales de su defendido; que si recurso contencioso-administrativo y que si patatín patatán, como la sigo la consigo. Orden de expulsión revocada y sus derechos internacionales salvaguardados. Abreviando, residencia legal y en trámite el permiso de asilo. El capítulo siguiente ya lo conocen ustedes: muerte.

Impera, en nuestros días, el individualismo irresponsable. Cuya teoría consiste, básicamente, en el sálvese quien pueda y en si ayer te vi hoy ya no me acuerdo. Estamos tan preocupados en observarnos minuciosamente, tan al detalle el ombligo, que apenas hay tiempo para esquivar las bombas, que hemos sembrado a nuestros pies. Tres hurras por nuestro modelo social. El paseo de La Rambla vuelve a estar lleno de gente, al día siguiente del sanguinario atentado, sin haber guardado los preceptivos tres días de luto. Manolo, no entiende nada. Su kiosco salió indemne pese a estar situado a tan solo dos metros del atentado. A los terroristas les pareció más apetecible embestir a una mujer con un carrito de bebé. "Lo esperábamos, incluso ya tardaban", contaba el encargado de un bar del Puerto Olímpico, donde no sé si estaba Manolo. "Nos habían dicho que iba a pasar, que tendremos que acostumbrarnos a vivir con ello", explicaban en un puesto de helados junto a la Sagrada Familia. La que no está es la abuela Pepita, se volatilizó en una tarde de compras, por Barcelona, al paso asesino de la furgoneta. La playa junto al Puerto Olímpico está hasta arriba; la heladería vende helados que se derriten en la boca (indiferente) de la gente; y en el quiosco de Manolo ya no hay periódicos. En el bar Barnabier se felicitan: "Estamos a tope". La bolsa sona, luego Barcelona es bona.

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