El silencio de la progresía
No causa extrañeza, sobremanera a quienes estén o estemos un tanto al cabo de la calle de la actualidad política de los partidos, denominados de “progreso”, sus actos, sus declaraciones, sus intenciones y sus hechos, si comprueban como yo, el silencio (hasta que escampe) de toda la izquierda de esta España nuestra, que no la de ellos.
Que el peor atentando terrorista, después del ocurrido en Madrid, se haya producido en Barcelona ha caído como un jarro de agua fría, al menos, a las intenciones separatistas, de esa parte adoctrinada del catalanismo, y a los que creían que Cataluña era “otro país” con otro talante, de cara a la multiculturalidad.
Los silencios de la CUP, la marca “negra” (hay quien la denomina blanca) de Podemos; de Ezquerra Republicana de Cataluña, con el Rufián a la cabeza (acuérdese el lector, la misma ERC, a la que pertenecía Carod Rovira, que tuvo la desfachatez de ir a negociar con ETA, para que no atentasen en Cataluña, ¿se puede ser más indigno y felón?) sólo fue roto –por obligado– por los portavoces del Gobierno autonómico, a los que no les quedaba más remedio que afrontar todo lo que les vino encima, a causa de su responsabilidad institucional. ¿Pero el resto...? ¿Qué fue del resto de los populistas, defensores de los “papeles para todos”... colaboradores necesarios para que el imán, que era el ideólogo, viviese pagando sólo 75 euros de renta, y estuviera dando clases de terrorismo, ante las propias narices de la Policía hoy condecorada?
No hablarán aún; pero que nadie lo dude: lo harán. Y, lo harán dando la vuelta a la tortilla. Acusarán no ya a los de la famosa foto de las Azores (donde estaba el presidente de Portugal que nunca incluyen), sino al Gobierno actual, y a la monarquía. ¡Faltaría más!... demagogia y populismo, a “tuti plan”... Ahora bien: otra cosa es que convenzan a alguien, más allá de los ya convencidos (tontos políticamente útiles) que siguen siendo una minoría, a la que los medios de comunicación tratan como si no lo fueran; pero sí gozan de espacios que no guardan proporción con la realidad política y social de España. Por cierto: las banderas del ISIS arden tan bien, o mejor, que la española.
Lo dicho: ¿donde está la izquierda, tan justiciera ella, tan en contra de la “tortura” que dicen es la tauromaquia, tanto rasgarse las vestiduras por las pateras que el rey marroquí permite, o mira para otro lado, para que salgan de sus costas, y seamos los españoles, los acusados de inhumanos? Hoy en España, cuando yacen ya en sus sepulcros dieciséis personas, no toros, reitero, seres humanos, pendientes de que se sumen a ellos algunos –por desgracia– más ¿Qué gestos están haciendo los progres? ¡Ninguno!, callan, esperando tiempos mejores, porque ésa es su táctica.
No me extraña; es la historia, de la izquierda jacobina, desde 1789, que sigue viendo la paja en el ojo ajeno, y jamás (la historia lo demuestra) verán la viga en el propio.
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