La factura de la luz, ese sobresalto mensual
Los hogares españoles pagan -pagamos- la luz el 11 por ciento más cara que la media en nuestro entorno europeo, porcentaje que se dispara hasta el 34,3% en el caso de las pequeñas y medianas industrias, mientras de la comparación salen más beneficiadas las grandes compañías.
Las razones de esta diferencia negativa con el resto de Unión Europea no radica en que la producción y distribución de los kilowatios sean mucho más caros en España, sino porque en los recibos se hallan emboscados conceptos que, con el paso de los años y de forma poco transparente, se han ido acumulando para el usuario que los sufre.
Esos pluses que nada tienen que ver con el consumo periódico de electricidad en viviendas y empresas pueden alcanzar hasta el 50% del total de la factura. Hace ya mucho tiempo que el precio de la luz en España es deudor de muchos compromisos: desde la necesidad de salvar las cuencas del carbón hasta los vaivenes de la política en materia de centrales nucleares y energías renovables. Las compañías eléctricas denuncian esa sobrecarga impositiva extra pero lo cierto es que también ellas se benefician de la misma.
¿Cómo puede explicarse, nos preguntamos los usuarios, que en España la factura de la luz no hace más que subir mientras en Alemania, desde mediados de 2011, tiende a la baja? Asimismo, ¿cómo es posible que suba a pesar de que generalmente los hogares tienen electrodomésticos e iluminación cada vez más eficientes y las eléctricas rebosan enormes beneficios? ¿Será porque José María Aznar privatizó este esencial servicio y Mariano Rajoy, en el 2011, ya aplastó a las renovables despilfarrando la buena fama tras haber sido referente mundial en energía limpia?
Países como Alemania legislaron para funcionar prácticamente al 100 por cien con energía verde. Aquí, en nuestro país, todo lo contrario y, entre tanto la pensión media ha subido escasos 30 euros anuales, en lo que va de 2017 la factura de la luz se ha encarecido más de 60 euros. Ciertamente, todo sube, pero mientras pensionistas y parados se hunden en la pobreza.
Por ello, Rajoy y su Ejecutivo, ¿cuándo van a darse cuenta de que las renovables abaratan la electricidad, son inagotables, contribuyen a un desarrollo sostenible y reducen el déficit tarifario?
Como final, una buena solución al tema sería preguntarle a Ángela Merkel, que es buena amiga, cómo lo está haciendo. Mucho se lo agradeceríamos los usuarios de la luz, que somos todos.
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