Gracias, gracias, gracias
Es la primera vez en mi vida que hago algo así, escribir una carta que vayan a leer algunas personas ¡ojalá muchas!, pero siento necesidad de hacerlo.
Siempre supe que estaba rodeada de muy buena gente, amigos, conocidos, vecinos, familia, etcétera, etcétera. Pero ya llevo una larga temporada pasando por un problema de salud, largo y duro, y esto me hizo aclarar mucho mis ideas y mi mente. No se me ocurre nada más que dar gracias, lo primero por poder levantarme y decir: “Bueno, un día más”.
No creáis, a esta conclusión tardé muchísimo en llegar, es muy duro cuando estás mal dar las gracias; al revés, estás rebelada contra el mundo. Y te preguntas ¿por qué a mí? Pero yo ahora que superé parte de este duro “viaje”, aún me queda mucho, pero ya lo veo de otra manera.
Y tengo que dar las gracias a tanta, tanta gente que no sé por dónde empezar...
El orden en que los nombro no quiere decir nada. Pero creo que las primeras gracias deberían ser para mi médica de cabecera, que vio algo raro, un matiz, un rasgo que no tenía nada que ver con mi dolencia. No voy a nombrar a nadie, pero no puedo obviar nombrarla: Consolación Arranz Gaite, centro de Salud de Otero. A partir de su “intuición” fue aflorando todo, que no era poco.
Gracias a todo el equipo del HUCA, neurólogos, oncólogos, reumatólogos, etcétera.
Y a todo el personal de la planta sexta, donde me operaron y estuve ingresada. Traumatología. Y ahora me queda lo que más me toca el corazón, gracias a toda esa gente maravillosa, amigas, conocidos, que desde el primer momento no dejaron de animarme, apoyarme y seguir mi trayectoria día a día.
Esto lo dejaba como postre, “mi familia” y aquí se me acaban las palabras, porque no hay palabras para expresar lo que me apoyan, lo que sufren, creo que más que yo. Su vida se convirtió en mi vida. Me explico, yo soy el centro, el florero, no hay otra cosa más que yo. Así que ahora me toca a mí animarlos y agradecerles todo lo que están haciendo y sufriendo.
Con esta carta también quiero animar a todas aquellas personas que estén en una situación similar a la mía, yo aún estoy en mitad del camino y aunque la vida nos da unos golpes durísimos y no sabemos por qué, pero están ahí y hay que cogerlos por los cuernos y asumirlos, esto cuesta mucho, pero lo que nos quede, mucho o poco, nunca se sabe, hay que vivirlo con ganas, alegría y disfrutar al máximo de lo que nos rodea.
Y si no lo hacemos por nosotros, hay que hacerlo por los demás.
Ellos también son partícipes de tu sufrimiento.
Piensa en tu familia.
Gracias, gracias, gracias.
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