La izquierda, ¿a las puertas de la Moncloa?

Parece que nunca ocurre nada en el Gobierno de Mariano Rajoy, pero ahí está la noticia. El presidente pepero vuelve a estar en el punto de mira por el caso de corrupción de la “Gürtel”, un mes después de declarar como testigo en la Audiencia Nacional. Mariano Rajoy tuvo que dar la cara en el Congreso de los Diputados. El PSOE le acusa de querer “vivir en un régimen dictatorial en el que no hubiera ningún tipo de control parlamentario y judicial para poder seguir haciendo lo que le dé la gana”. Pablo Iglesias tacha de “vergonzoso” el hecho de que Rajoy haya tenido que declarar ante un tribunal de justicia y ahora en el Congreso. Otros cinco ministros también comparecieron, por el mismo motivo, en la sede del Parlamento antes del 1 de septiembre: Cospedal, De la Serna, Catalá, Montoro y Báñez. Y en la Diputación Permanente del Congreso, el líder podemista añade: “Sabemos que el PP construyó una trama de corrupción y financiación ilegal en España”.

Con esta resolución de toda la oposición parlamentaria, el PP pierde su estrecha ventaja de apoyos a la estabilidad presupuestaria y se enfrenta al azar de una minoría legislativa.

¿Entonces ya hay mayoría suficiente para arrojar al PP y a Rajoy del Gobierno? Según J. L. Ábalos y Óscar Puente, los dos pesos pesados del PSOE renovado, existe suficiente número de votos progresistas en el Parlamento para que se explore una “hipótesis de futuro cercano” de un Gobierno nacional del PSOE con Podemos y sus confluencias.

Por ahora, la pretensión de la plataforma o partido Actúa (de Llamazares y del exjuez Garzón) de que Unidos Podemos más confluencias y el PSOE se entiendan para lograr un acuerdo de mayorías progresistas va cogiendo forma. Entendiendo por progresistas desde la izquierda más socialdemócrata hasta la más radical, conjuntamente con los nacionalismos más liberales y no autoritarios de centro derecha. Todos aquellos que han decidido que Rajoy comparezca. Todos excepto C’s, que no ha tenido más remedio que abstenerse al conocer el voto del PNV. Los de Albert Rivera han dejado solo al PP para que no le señalen como monaguillo de los populares, su marca blanca. Esa mayoría del Congreso que está harta de la corrupción del PP y su obsesión de negarlo y ocultarlo todo. Por eso le han obligado, en fechas próximas, a explicar en una sesión extraordinaria del Congreso lo que sabía de la “Gürtel” y sus posibles implicaciones.

El PP sigue cacareando su crecimiento y recuperación económica, pero la oposición entera le recrimina tanta hipocresía y soberbia. Le señalan que más del 40% de los españoles no perciben ese crecimiento ni se traduce en salarios y empleos dignos y no recuperan nada del bienestar social perdido estos años de crisis. Algunos medios de comunicación afines a la derecha económica y fáctica afirman que esta decisión de la oposición parlamentaria de llevar a Rajoy a declarar al Congreso por la “Gürtel” sólo persigue desgastar al gallego registrador de la propiedad ajena. Bueno, además del ajamiento rajoniano, creemos que buscan que Rajoy diga la verdad de lo que sabe y ha ocultado sobre la financiación irregular del PP. Democracia es rendir cuentas de su gestión como uno de los máximos responsables del PP en los últimos veinte años, cuando ganaban elecciones municipales, autonómicas y nacionales, dopados con una financiación ilegal.

Según el último CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) de julio, parece que la alternativa progresista y de izquierdas va abriéndose camino entre los deseos –intención de voto– de la mayoría de los electores españoles. Y los datos apuntan así porque se percibe que el PP y Rajoy están dando síntomas de desgaste; ven al PSOE de Pedro Sánchez remontando, y a Unidos Podemos, que se mantiene con las mareas y confluencias. Y es que ya la suma de la Izquierda estatal supera el 45%. Y el PP con sus acólitos de Ciudadanos no llega al 43%.

La tan alabada estabilidad económica del PP es sólo para el Ibex 35, para grandes empresas exportadoras y para ciudadanos de clase social alta y muy rica. El Gobierno y algunos medios de comunicación pecan de demasiado triunfalismo al afirmar que ya hemos superado la recesión. Sí, pero a cuenta de ser uno de los países de la OCDE con más índices de desigualdad social y de pobreza en la infancia. La falta o poca confianza en el Gobierno de Rajoy, a pesar de su mejoría económica, llega ya al 80% de los ciudadanos. Y este tema de mayoría progresista no sólo contribuirá a acabar con la trama pepera de la corrupción sino que puede evitar el choque de trenes entre la Generalitat catalana y el Estado. Pues el Gobierno del PP es un productivo “hacedor” de independentistas, más que las ideas y acciones de la CUP.

¿Significa esto que la izquierda española está ya a las puertas de la Moncloa sin esperar dos años más para las elecciones?

¿Se habrán dado cuenta, por fin, Unidos Podemos (con sus confluencias) y el PSOE que deben pactar unas políticas sociales transformadoras para todos, para gobernar España, para cambiarla más y a mejor, y no quedarse años y años en una oposición relajante pero insignificante y deprimente?