El valle del Samuño
El valle del Samuño. El valle de mis padres, abuelos y bisabuelos, mi valle; sí, mi valle, porque aunque hace 45 años que por traslado laboral de mis padres resido en Málaga, sigo muy de cerca todo lo que acontece en el valle del Nalón, y muy en particular en el valle del Samuño, ya que mis padres me enseñaron a querer mis raíces, a conocer la historia suya y la de mis abuelos. Por lo tanto, sé que está muy ligada a la minería, mi abuelo paterno, aunque murió a temprana edad, trabajó profundizando el pozo San Luis y luego de maquinista en el Pozo Samuño, y mi abuelo materno fue lampistero en el Pozo San Luis, trabajó muchos años en la lampistería que hoy forma parte del Ecomuseo, dando luz a los mineros. Mi abuela materna, viuda de la Guerra Civil, trabajó a la madera y cargando vagones de carbón a pala en el lavadero de Carbones Asturianos, donde también mi padre trabajó de pinche en una de las laderas del Valle. Mi abuela materna era de Pampiedra, pueblín del Valle y uno de los pueblos afayaízos de Langreo, y mi madre también. Como dice la canción, "cómo no te voy a querer".
Año tras año, y como decía desde hace 45, peregrino a Langreo, antes con mis padres, ahora con mi esposa malagueña y mis dos hijas astur-malagueñas, y lo camino como si fuera un santuario. Algunas veces subo a Pampiedra para recordar cuando lo hacía con mis padres por el caleyón a ver a mis bisabuelos, gente del Valle, y mostrar a mis hijas sus raíces, y enseñarlas a quererlas.
Mis padres me contaron y siguen contando historias de sus gentes, tragedias mineras, me hablan de su hospitalidad, solidaridad y rebeldía, de que fue morada clandestina de hombres y mujeres que sólo les doblegó la muerte ante la tiranía, de su patrimonio humano y, sobre todo, de su espíritu para no dejarse dominar y resurgir de la injusta crisis que les propició la reindustrialización.
Por los medios y porque mis padres me lo cuentan, sé que el valle del Samuño es una de las 25 candidaturas al premio “Pueblo ejemplar de Asturias”. Estoy convencido de que el valle y su gente son ejemplares, merecen el premio y además lo necesitan. Estoy seguro de que el jurado prestará la atención debida a la candidatura y la valorará en su justo precio.
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