El Prat y Cristiano Ronaldo
Los vigilantes del aeropuerto de El Prat, que obviamente son distintos que los que vigilan con prismáticos, nuestros movimientos en el agua de las playas, van a denunciar al Gobierno ante la ONU si impone un arbitraje forzoso. ¿Se están vulnerando en la huelga los servicios esenciales? Va a ser que no. ¿Está violando el Gobierno de España nuestros derechos fundamentales? Para nada es eso. Se trata de que los vigilantes del Grupo Eulen, como los de cualquier grupo o empresa de este país, han perdido su condición de trabajadores, ahora son emprendedores, ya que trabajan por su cuenta y riesgo a jornada intensiva 12 horas, comen sin parar el bocadillo (que corre también por su cuenta) en el tajo y sin dejar el trabajo. Así que no puede haber árbitro donde no hay plantilla de jugadores. Ni violaciones de derechos fundamentales si exceptuamos el empujón de Cristiano al árbitro. Claro.
Ahí lo tienen ustedes. Americana a su justa medida, camisa sin arrugas impoluta, bien planchada, la tez morena y bronceada de almorzar en una mesa a la sombra de una sombrilla, donde son ideales los madrigales, bajo el porche de su chalet unifamiliar. Después un chapuzón y a tumbarse en la hamaca a tomar el sol, al borde de la piscina. Un idílico paraíso terrenal a nuestro cargo, que somos los primos que les pagamos con sustanciosos sueldos la factura, claro. Pues eso, que ahí lo tienen, aspecto impecable, como les digo, con el que aparece el presidente del PP de Cataluña, Javier García Albiol, para ser entrevistado en un programa de televisión para decirnos, sobre la huelga en los aeropuertos: "No se perjudica a las grandes empresas, se perjudica a los que se van de vacaciones". No se entera de nada. Se nota que javierín todavía no ha vuelto de las suyas.
Han hablado las fuerzas del más allá, demostrando después de tantos siglos de espera que en verdad existe vida extraterrestre, pero han demostrado, por sus vacías y huecas palabras, que no tienen repajolera idea de lo que pasa en el más acá. Según Bruselas la crisis es ya historia. A pesar de que la crisis "no comenzó en Europa, los estados miembros actuaron con determinación para contener el impacto", la UE. "Gracias a la actuación decisiva de la UE la unión monetaria es ahora más fuerte que antes", Valdis Dombrovskis, vicepresidente de la Comisión de la UE. "La evolución económica reciente es alentadora", comisario de Asuntos Económicos Pierre Moscovici (también de la UE). Y a todo ello "el desempleo está en su menor nivel desde 2008, la banca es más fuerte, la inversión está creciendo y las finanzas públicas gozan de una mejor salud", sumó Bruselas como colofón. Tiene huevos (con perdón) la visión, el análisis que hacen de esta última década los marcianos, de la UE. Sucede acá en la tierra que en países como Grecia (21,7%), España (17,1%) o Italia (11,1%), el paro es varios puntos superior a la media europea. El desempleo juvenil supera el 45% entre los jóvenes griegos y el 39% entre los españoles. El porcentaje de población en riesgo de pobreza o exclusión social es del 23,1% en la Eurozona (cifras superiores a las registradas durante la crisis y la recesión). Desigualdad por encima del 30%; pérdida de poder adquisitivo (el salario anual bruto por cada trabajador se redujo un 0,3%). Eso sí, paradójicamente, la economía creció en el último año más de un 3%. La de los bancos y los marcianos. Olé por la UE.
Las condiciones laborales de los jóvenes no ha mejorado ostentiblemente a la de aquellos muchachos de la posguerra, que con tan solo doce años, el hambre y las necesidades en el hogar les obligaba a abandonar el cole, para irse de sol a sol a trabajar al campo, en donde no había cuadernillo escolar, sino un sol abrasador y heridas de rastrillo, que una vez cicatrizadas formaban callos en las manos. ¿Conseguirán los muchachos de hoy en día de nacaradas manos, calefacción y aire acondicionado en las aulas y las salas de estudio adaptarse a la cruda realidad de explotación laboral actual? En Cataluña, arrea con mucha fuerza la formación de jóvenes independentistas 'Arran'. A la que las malas lenguas acusan de violentos, que es para ellos un vocablo inapropiado, que creen más acertado sustituir por "pasar a la acción", pues son cosas de la edad. "Expropiar las principales empresas y activos turísticos del país", "los beneficios económicos que generan al servicio de la población", reivindican. Y no les falta a estos jóvenes razón.
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