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Europa y el Islam

9 de Septiembre del 2017 - Francisco Lozano Sanz (Cangas de Onís)

El 24 de abril de 2016 Barack Obama visitó Alemania como presidente de EE UU por última vez. Angela Merkel y la diplomacia germana le extendieron la alfombra roja y todo fueron loas y alabanzas a la figura del presidente de los EE UU. Él, que venía sujetando las bridas de un sombrío corcel tras de sí: el “Caballo de Troya”, que no es otro que el TTIP.

No sé si Obama se disculpó por el pinchazo (la Agencia de Seguridad Nacional de USA) del teléfono particular de la mandataria alemana desde 1999 hasta 2013.

El 24 de octubre de 2013 el Gobierno de Merkel convocó al embajador estadounidense en Berlín para pedir explicaciones. La propia jefa del Gobierno alemán, que se encontraba en Bruselas para una cumbre europea informal, subrayó que “el espionaje entre amigos no puede darse en absoluto”. Sin embargo, Barack Obama regresó a su país con la sensación de haber superado la visita realizada a Berlín por John F. Kennedy el 26 de junio de 1963 y su famoso: “Soy berlinés”.

¡Qué distinto el trato que la canciller alemana y su ministro de Economía, el “halcón” Wolfgang Schäuble, le han aplicado a Grecia! Grecia... sí, cuna de la civilización europea, a quienes se ha humillado con saña para aviso a navegantes mediterráneos de lo que les puede suceder si no se someten al dictado de: banqueros, especuladores bursátiles, empresas energéticas, tecnológicas, de telecomunicación y demás dueños del mundo.

Hoy en día estamos sufriendo con mayor intensidad las políticas ultraliberales y neoconservadoras de Margaret Thatcher y Ronald Reagan, para mayor gloria de “los Mercados” y las grandes compañías.

Y en éstas, la supuesta dirigente europea (dirigente hasta que los dueños del mundo arriba enumerados no digan lo contrario) nos muestra su confusión, ingenuidad y torpeza el 31 de enero de 2015 manifestando: “El Islam forma parte de Alemania”.

No sé si ahora la señora Merkel repetiría lo mismo, habida cuenta de los inmigrantes que inexorablemente van a llegar a Alemania y Europa, de la deriva dictatorial, autoritaria y represiva en Turquía y del terrorismo del ISIS, o cualquier islamista fanatizado que actúe por su cuenta.

Me pregunto entonces ¿qué define a Europa y a España como sociedad? Pues aquí van unas cuantas teorías, reflexiones, dudas...

Europa surge de Grecia, Roma, el Renacimiento, la Ilustración, la Revolución Francesa, la Revolución Industrial... El pensamiento, la cultura, las bellas artes, la filosofía... También del humanismo cristiano, aunque la mayoría de los europeos no practique esta religión. Europa renace tras los horrores de la I y II Guerra Mundial. Es un continente que aspira a ser laico en lo social, respetuoso con las formas de pensar. Sin embargo, alertar sobre la islamización de Europa inevitablemente te sitúa en la crítica fácil: islamófobo. Todo ello sin analizar, sin reflexionar.

En España muchos aún recordamos la connivencia de la Iglesia católica con la dictadura, la ideologización impuesta a la par entre la cruel dictadura y el fundamentalismo católico. Hace pocos años los obispos, Legionarios de Cristo y ultraconservadores católicos se manifestaban en Madrid –sábado sí y otro también– en contra de la ley del aborto y de la legalización del matrimonio homosexual. Recuerdo viva y claramente la España de la dictadura. Las mujeres que iban a la iglesia (era “recomendable” asistir a misa los domingos) tenían que llevar velo y la falda cuatro dedos por debajo de la rodilla. Nos hemos liberado de ese sometimiento social y en nuestros hábitos de vida de la Iglesia católica y... ¿lo vamos a cambiar por mujeres obligadas/educadas desde niñas a llevar el hijab o el nikab? Niñas que –algunas profesoras me han comentado ciertos casos de sus alumnas musulmanas– son sacadas de la escuela con la primera menstruación y casadas en contra de su voluntad con adultos –a quienes a veces ni conocen–, y así condicionar toda su vida de sometimiento al marido. Si ya nos liberamos de Franco paseado bajo palio, ¿lo vamos a sustituir ahora por los preceptos y normas coránicas de hace 1.400 años? Que son algo más que una religión, son un compendio de normas sociales, de derecho, de sanciones y penas creadas en una sociedad y cultura anacrónicas y tan distantes que no son compatibles con la actual sociedad europea.

En Argelia se celebraron elecciones y ganó el FIS (Frente Islámico de Salvación), en Egipto también hubo elecciones, los Hermanos Musulmanes ganaron. En Irán llevan decenios gobernando los clérigos chiíes en un Estado teocrático, en Afganistán los talibanes amenazan con volver al poder. En los países del golfo Pérsico sucede algo peor, con Arabia Saudí a la cabeza: no sólo gobierna una versión fundamentalista del Islam (el Salafismo) sino que la exportan.

Si consideran estos comentarios como “islamófobos”, les sugiero que visiten las páginas de Amnistía Internacional, Human Rights Watch o cualquier otra organización de Derechos Humanos y lean lo que sucede en los países que aplican la sharia.

La legislación española sobre las sectas reza: “Son punibles las asociaciones ilícitas, teniendo tal consideración las que, aun teniendo por objeto un fin lícito, empleen medios violentos o de alteración o control de la personalidad”.

¿No hay cierta semejanza entre la ideologización de muchas sectas y ciertos preceptos aplicados en países musulmanes?

Finalizada la II Guerra Mundial creímos que el horror del nazismo, del fascismo y del estalinismo fue una tragedia que nunca se volvería a repetir; más aún cuando murió el dictador Francisco Franco y, años después, cayó el Telón de Acero y desapareció la Unión Soviética. Sin embargo, los emergentes partidos de ultraderecha que están apareciendo en toda Europa denotan que: el Mayo del 68, la Primavera de Praga o la revolución húngara de 1956 han quedado en el olvido. Europa es otra; nido de identidades nacionales, culto a la “tradición”, aunque casi todas esas tradiciones no tengan soporte histórico y no sean más que malos hábitos heredados del pasado.

Es desolador que en la Francia de la Ilustración y la Revolución Francesa, patria de insignes filósofos, escritores y pensadores, y una de las bases más sólidas de la Unión Europea se haya originado un partido como el Frente Nacional.

No es menos turbador que países con otrora sólidos gobiernos socialdemócratas –referencia para otros gobiernos y sistemas sociales– hayan derivado hacia la xenofobia.

¿Es ahora el Islam la alternativa a todo lo que fue Europa y ahora se está resquebrajando?

Mientras los musulmanes no separen la religión de la convivencia en un Estado de derecho laico, mientras no se tome la Declaración Universal de los Derechos Humanos (documento declarativo adoptado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 217 A (III), el 10 de diciembre de 1948 en París) como norma básica de convivencia, por encima de religiones y “tradiciones”, continuaremos anhelando un Estado laico, de derecho, donde cada cual pueda tener el credo o la religión que desee, pero en un contexto de libertad, asumiendo las conquistas sociales y derechos que nos ha costado siglos y sangre conseguir, sin la opresión a la que credos y religiones someten a los ciudadanos de plenos derechos.

Insisto: ¿Es esto “islamofobia”? No. Es una declaración/deseo de libertad y justicia social.

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