Aida Díez, el ejemplo de una gran mujer
La columna del lector
Aida Díez, el ejemplo de una gran mujer
Casilda Sabín, Oviedo
Adepas (Asociación pro ayuda a deficientes psíquicos de Asturias) está de luto. En esta triste tarde de verano, en la que el sol no ha asomado apenas...nos ha dejado Dña. Aida Díez, madre de tres hijos, una llamada María, afectada por una grave discapacidad intelectual. Vecina de Oviedo, miembro de la junta directiva de Adepas desde los años 70, luchadora y gran defensora de todos los derechos de los que por aquel entonces eran llamados "subnormales", pasó sus últimos años en Gijón, unida en sus recuerdos a la ciudad de Oviedo que tanto amó.
Nuestra querida Aida, discreta y de profundas convicciones, formó parte de las grandes iniciativas que en el Principado de Asturias se desarrollaron en aquellos años. Cuando casi nadie lo hacía, ella paseaba con María apretando el corazón ante los gestos de desaprobación y rechazo de tantos vecinos. Cuando casi nadie hablaba, ella se enfrentaba en defensa de la vida de personas como María, reclamando su espacio, su belleza... su amor a la diferencia.
De su mano muchos aprendimos que en la prudencia está la sensatez, que en la ternura está la felicidad. Aprendimos a callar en una acalorada discusión, sin perder autoridad, aprendimos a avanzar silenciosamente sacando ventajas con paso firme, sin desánimo.
Aida ha sido presidenta de la Federación regional sumando siempre a todas las asociaciones, gestionando la calma y el buen hacer, evitando los conflictos... Y con ella creamos grandes proyectos que hoy son una realidad para todos. Nunca el cansancio o la distancia le impidieron estar en cuantos encuentros se han organizado a lo largo de estos años, con exquisita prudencia generó alianzas y amistades para Asturias, buscando siempre la conversación adecuada que generara complicidad. Ella nunca ha faltado a una reunión de Adepas: esas fiestas en el colegio de Noreña, las reuniones con familias, con políticos. Nunca nadie ha sumado tanto, durante tanto tiempo.
Mujer culta, licenciada en derecho en épocas en las que "ellas, las mujeres" no estudiaban, abandonó su profesión para dedicarse a sus hijos. A su familia, pilar de su vida, razón de su existencia. Nada fue más importante para ella que sus hijos, sus nietos, su querido yerno, al que comprometió con descaro en este proyecto asociativo haciendo de ambos una misma devoción. Se ha ido una gran mujer, de esas que jamás se olvidan, de esas que despiertan sólo simpatía, dulzura... que todos llevaremos siempre en nuestro corazón. Así, así la recordaremos todos en Adepas.
Y poco a poco, como el verano, Aida nos ha dejado. Descanse en paz. Hoy es un día triste para Adepas
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