Un año de baja y en lista de espera
Todo lo que les detallaré a continuación esta totalmente documentado, no se trata de historias ni habladurías, se trata de una experiencia vivida en primera persona que hacen que este usuario de nuestra área sanitaria del SESPA se sienta indignado, impotente y olvidado ante la situación vivida, una situación provocada por las largas listas de espera, el pasotismo y absurdas normas no reguladas ni legisladas que algunos facultativos se sacan de debajo de la manga, unas normas que no logro entender hacia que camino nos pueden llevar, normas que únicamente ayudan a seguir aumentando las listas de espera de nuestro sistema de salud, normas tan ridículas como no querer ver las imágenes de resonancias magnéticas o valoraciones diagnósticas realizadas en centros privados que el paciente ya impotente y desesperado paga con el fin de adelantar el proceso y llegar a un diagnóstico y tratamiento lo antes posible, y que paradójicamente reducen gastos a la Seguridad Social.
Cuando digo no reguladas y legisladas me refiero a que debe de ser decisión personal, no veo lógico que el departamento de traumatología del Hospital San Agustín no acepte este tipo de procedimientos y el departamento de neurocirugía del HUCA no sólo las acepta sino que las digitaliza e incluye en el sistema público de salud, ¿qué sucede?, ¿no tenemos todos los usuarios del SESPA los mismos derechos? Por lo que se ve no, si vives en Avilés no tienes los mismos derecho que si vives en Oviedo, con lo que el usuario debe de permanecer más tiempo enfermo, más tiempo con dolores, más tiempo de baja laboral, en resumidas cuentas más tiempo sin atención sanitaria.
¿De verdad no hay ninguna norma escrita sobre estos temas por la cual los facultativos de nuestra sanidad tengan que regirse?, ¿de verdad tiene algún sentido lo que esta pasando?, ¿de verdad esas decisiones tomadas por algunos facultativos puede pasar desapercibidas? Quizá deberíamos pararnos a pensar donde está la picaresca de todo esto, posiblemente no lleve a intereses privados y con carácter lucrativo, quizás nos lleve al típico "aquí no hay otra manera pero en mi consulta privada...".
Llevo casi un año de baja laboral por una enfermedad relativamente sencilla y común como es una hernia discal, pero que en ocasiones da más guerra de lo esperado dejándote como en mi caso incapacitado para el trabajo y la vida diaria, dolores irradiados que te impiden caminar, que te impiden disfrutar de tus aficiones y disfrutar de tus hijos, en mi caso de un bebé que tenía trece meses cuando empecé con todo esto, dolores que aún con la medicación son incontrolables, pero... No quiero pararme en detalles concretos de mi enfermedad, ya que no soy el centro del mundo y seguramente mucha más gente esté en esta situación y posiblemente con enfermedades más graves que la mía, posicionarme en el lado del egocentrismo únicamente me llevaría al mismo nivel de todos esos facultativos que en el fondo no les importa nadie.
Mi caso es muy fácil de resumir, después de un año peleando con nuestro sistema sanitario, dando vueltas y vueltas buscándome la vida, presentándome cada poco en atención al paciente para luchar con las listas de espera, pagando intervenciones fallidas por no decir engañosas, aconsejadas por facultativos del sistema público con consultas privadas, al fin, después de solicitar el traslado voluntario del expediente a otra área sanitaria que no me corresponde estoy en lista de espera para intervención quirúrgica que debería de solucionar mi enfermedad, pero, ¿cuánto mas tendré que seguir esperando en esta nueva lista?, sólo espero que toda esta tardanza ocasionada porque alguien no quiso ver unas imágenes no me deje secuelas como una lesión neuropática para toda la vida.
Espero que estas líneas hagan recapacitar a las personas que dirigen y organizan los organismos competentes de nuestro sistema de salud, y animen a los usuarios que se encuentren en situaciones similares a mostrarlo formalmente ya que en los bares se habla, se comenta pero no se soluciona nada de nada.
Gracias a todos.
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