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Una triste historia

5 de Septiembre del 2017 - LUIS ANGEL GIL URBON (GIJON)

Teníais al personal metido en los bolsillos, con la papeleta morada en la mano camino de las urnas, pero sois unos pringaos. Unos presumidos listos tontos (que decía mi difunto abuelo) de universidad, que no sabéis hacer la O con un canuto y que ahora os disolvéis, como azucarillo en el café, que se toma el PP. Ni siquiera tienen que ir a por vosotros y ellos lo saben porque, aunque no sean inteligentes, son más listos que vosotros. Los pupas, ahora culpan de todo o casi todo a los demás como hace un inmaduro niño pijo de colegio de pago. Podemos, con sus luchas intestinas, con sus pijos y sus pijadas ("ahí hay caretos que no me gustan"), decía de ellos Joaquín Sabina (con la miopía de no mirar de qué compañeros se rodea él en sus conciertos. Pero eso es otra historia). Pero tenía razón Joaquín en esta ocasión. Y luego se vio, sacaron sus cuernos al sol porque a los de izquierdas la utopía no les deja ver lo que esconde en su interior el caracol. Algunos despechados esquiroles, profesores de universidad de profesión, se fueron por las televisiones propiedad de los obispos a llorar la perreta, como un vulgar niño pijo traidor, mientras en el canal se frotaban las manos de satisfacción. Otros se cargaban el partido por las luchas de poder y liderazgo. Otro, pseudosesudo y tontorrón, con cara de bobalicón, cuando no hace propaganda de partido se iba a las fiestas que organizan payasas televisivas. Estos, se posicionaron con separatistas, aquellos, con antitaurinos, con la inmigración incontrolada y viva el batiburrillo. Cada cual a lo suyo. O sea, un comportamiento de auténticos niñatos inmaduros que creen caminar por encima del bien y del mal (y eso es lo peor). Ahora no entienden qué pasó, ni ven lo que ocurrió.

Dinero pinta panderos. Hay mucho que comprar y, además, ya no nos conformamos como antaño, con ver pasar la vida sentados frente a una mesa, abarrotada de montañas de cáscaras de pipas mientras charlamos amigablemente con los amigos de toda la vida, en el teleclub del pueblo. Deseamos aquello que vemos, que nos entra por ambos ojos y en las ruidosas ciudades hay muchos escaparates, llenos de productos para el consumidor. Elvira García se muda a un piso de lujo, en Vitoria, tras irse al Grupo Mixto por desavenencias con Podemos. La senadora tránsfuga no estaba contenta con las condiciones de la formación morada, de limitar a tres veces el Salario Mínimo Interprofesional el sueldo de sus trabajadores. Tampoco se la ve por el Senado. Sin embargo su sueldo excede los 4.500 euros al mes ¿Por qué en la política se permiten estas salidas ventajosas, para un expulsado del partido, en lugar de enviarle directamente a la cola del paro?

Pensábamos hasta ahora que acumulaban las mejores notas en su currículum, merecedoras de reconocido y acreditado diploma, pero hay que reconocer, en honor a la verdad, que nos hemos equivocado por completo. El concurso de tontos en el que participaban, siempre quedaban en segundo lugar, no alcanzan el primer puesto por idiotas, pero últimamente han demostrado que es todo lo contrario, que son extremadamente listos y sutiles. La renta social, ese invento municipal que discrimina a los perceptores del salario social básico autonómico, que no van a cobrar en dinero sino en especie, gracias a un acuerdo entre Ayuntamiento y comerciantes (éstos decidirán qué productos son los que se pueden comprar), obviando olímpicamente la opinión del posible beneficiario de la ayuda. Negándoles la posibilidad de escoger, libremente, el comercio donde quieren realizar las compras. Qué poca o nula vergüenza tenéis. Aunque pensándolo bien, por eso precisamente estáis ahí, de okupas en el Ayuntamiento de Gijón ¿Por qué esas medidas restrictivas no os las aplicáis a vosotros, en vuestros sustanciosos sueldos, previniendo así actuaciones corruptas de los que vivís del cuento político, de todos nosotros?

Me avalan dos poderosas razones para no votar a Podemos. Una es que no comparto la reducción y el troceado de nuestro país en pequeños nidos de vanidad periférica, que empobrecerían, al no haber reparto equitativo, aún más las tierras menos fértiles y distantes. La otra, de alcance más global, es que las desigualdades y el hambre que asuelan y azotan el mundo, no se soluciona abriendo de par en par las fronteras para invitar, a nuestros ya menguados platos a más comensales.

Renta municipal gijonesa. Renta social municipal. Supongo que ya están enterados del culebrón, de la limosna o plato vacío que cuece para los pobres y los necesitados el Ayuntamiento de Gijón. De 80 euros a un tope máximo de 250 de ayuda finalista, semestral o anual, para los perceptores del salario social. El títere puesto a dedo por Javifer al frente de la consejería de Servicios Sociales, decide chinchar, hacer pupa al enemigo político: la nueva renta municipal no es compatible con el salario social básico que concede el Principado. Rivalidad política, plato vacío para pobres y necesitados, más de lo mismo. Al mendrugo de pan se acercan más alimañas. Acuerdo entre Ayuntamiento y comerciantes para que los perceptores compren los artículos y productos de necesidad en sus tiendas. Los comercios pasarán factura al Ayuntamiento posteriormente. Con lo que el perceptor de la renta no verá un duro en su mano en aras de evitar la picaresca. Punto pelota. Y digo yo, ¿de verdad van a madrugar para votar a estos sinvergüenzas en las venideras elecciones, municipales o generales, me da igual. Que adoptan medidas para evitar el fraude (de 80 a 250 euros) de los pobres. Y ellos, que se lo llevan y se lo han llevado durante tantos años a sacas y calentito, escondido bajo las baldosas del chalet o en cuentas en paraísos fiscales (tanto me da, que me da lo mismo), jamás hayan tomado medidas contra su propia golfería?

Cuando un periodista le pregunta a Joaquín Sabina qué opinión le merece la nueva formación política Podemos, el cantautor y poeta, contesta ronco y escueto: "Hay caretos que no me gustan nada". Hay quien ve antes la paja en el ojo ajeno, que la viga en el suyo ¿Acaso son los amigos que suelen acompañar a Sabina en sus actuaciones austeros y sencillos? Joaquín sí lo es, ¿y los otros, los de yate, chalet y paseo por la Castellana entonando el “Asturias, patria querida de mis amores”? En todos los partidos, lamentablemente, hay caretos que no nos gustan. Podemos no iba a ser la excepción. Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero a mí, personalmente, no me agradan porque como decía mi abuelo, que en paz descanse, en la vida hay listos tontos y tontos listos. Quienes quieren parecer listos, pero son tontos, y quienes quieren parecer tontos, pero son listos. Estos dos quieren parecer listos, pero son tontos ¿Me explico?

Había una vez un circo que no siempre alegraba el corazón. En ocasiones te hacía reír, otras, en cambio, empapabas el clínex de lágrimas. Pilar Varela es la última perla que junto con las anteriores, puestas a dedo por Javifer al frente de la Consejería de Bienestar Social, completan el collar. De alcaldesa de Avilés a consejera y tiro porque la privatización del agua en Avilés ya me llega al cuello: Caunedo, Aréstegui, Manuel Pecharromán, Gabino de Lorenzo, etc. Aquagest y el Niemeyer, pasta gansa y calentita, que en esto no hay colores políticos (PP-PSOE), en las adjudicaciones. Pilar Varela sonríe. Sonríe y no se solivianta al decir que la mermada (cuatro duros para pagar luz; prótesis dentales, por si has roto la propia mordiendo piedras; ayuda al alquiler y otras necesidades básicas) limosna de la renta social en Gijón, es incompatible con el salario social básico.

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