Cimas de la miseria
Surgiendo del secesionismo han alcanzado las más altas cimas de la miseria, que diría el genial Groucho Marx, que a diferencia de su hermano Harpo, que no habría jamás la boca, ni para decir esta boca es mía, sí en cambio tocaba la bocina. Al Gobierno de la Generalidad cualquier ardid le sirve para consumar su sueño independentista y la organización que preside Riay Tatary, que representa a todas las comunidades religiosas islámicas ante la Administración española, ha trasladado la orden interna "La política debe estar fuera de las mezquitas". A la voz de "fundar un Estado nuevo", los secesionistas sin escrúpulos promueven actos independentistas en las mezquitas para conseguir la complicidad y la colaboración musulmana. Hasta en la localidad de Vilanova i la Geltrú (la del Imán causante de los atentados, ya saben). Qué despropósito. Ya durante la consulta ilegal, celebrada el 9 de noviembre de 2014, los responsables de varios centros religiosos catalanes se ofrecieron a los líderes independentistas para convertir sus espacios de oración en colegios electorales clandestinos. A Groucho se le caería mostacho y puro al suelo.
En mayor o menor medida todos somos solidarios y arrimamos el hombro a la justa causa, pero el dinero, que dicen de él que no tiene amigos, muchos menos cuando va unido al negocio de las armas. En su hipocresía los gobiernos que venden armas no ven a dónde van a parar las balas, ni el cuerpo que matan, ni oyen el aterrador alarido que siempre precede a la muerte. Este se produce muy a lo lejos de sus inmaculadas casas blancas dotadas de piscinas con aguas transparentes. Varios cientos de armas cortas españolas han acabado en manos de los rebeldes islamistas sirios y, eventualmente, de los yihadistas del Estado Islámico (ISIS), a través de numerosas vías. Al parecer nuestras pistolas son las más deseadas, gracias a su facilidad de manejo y, sobre todo, a que pueden ser portadas con discreción.
El tema político que diariamente nos ocupa y nos preocupa, aparte de que nos está resultando a todos monotemático y reiterativo, es colosalmente aburrido. ¿Por qué no se toman de una vez las pertinentes medidas para terminar ya con esta lacra de la corrupción? Los políticos no lo van a hacer porque no son tan tontos para tirar piedras contra su propio tejado, entonces ¿nosotros qué podemos hacer aparte de conducirnos a tientas por un callejón por el que no se vislumbra la luz ni la puerta de salida? El Parlamento de Andalucía va a investigar, a iniciativa de todos los grupos de la oposición, un desfase de dos millones de euros en el capítulo de nóminas de altos cargos de la sanidad pública. En 2013, cuando se pagaron esos pluses irregulares de productividad, la Junta afrontó uno de los años más duros de la crisis: prescindió de miles de trabajadores sanitarios y redujo la jornada del personal laboral al 75% para aminorar el gasto en nóminas. ¿Cómo lo ven? Suma y sigue.
Solamente es un rumor, porque los datos solo son estimativos, ya que carecen de una fuente oficial fiable que confirme las cifras. La reina Letizia acumula una riqueza en sus cuentas de 8,3 millones de euros. Una cantidad nada despreciable, teniendo en cuenta la difícil situación económica que atraviesan sus súbditos, pero el rey, que no le va a la zaga, en la ardua tarea de llenar la saca, dobla esa suma. Así lo ha expresado en un extenso reportaje publicado por el periódico británico 'Expressen'. ¿Existirá el maná? Según el libro del éxodo, Yahveh hizo llover este alimento cada día durante los cuarenta años que el pueblo judío pasó en el desierto tras huir de Egipto, pero era un producto muy perecedero: si se guardaba, al día siguiente aparecía lleno de gusanos y apestaba. Todos los españoles dicen que somos iguales ante la ley, tengan la sangre de una u otra tonalidad, pero Hacienda, que también dicen que somos todos debería investigar. Aunque tengamos que oír "lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir".
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