La Nueva España » Cartas de los lectores » Rebelde sin causa

Rebelde sin causa

8 de Septiembre del 2017 - LUIS ANGEL GIL URBON (GIJON)

Me cae bien Mickey Rourke (alias retoques). Actor que saltó a la fama con aquél sucedáneo yuppie ("Nueve semanas y media") de "El último tango en París". Mickey, el rebelde, renegó incluso trato de transformar en el rodaje la película del director Adrián Lyne, al que se le notaba que procedía de la publicidad. Es difícil, y más en estos tiempos que corren dar con un tipo que renuncia a papeles millonarios ("Top Gun: ídolos del aire" o la saga "Súper detective en Hollywood" de Eddie Murphy) como los que le ofrecieron después y que valientemente rechazo. En "El corazón del Ángel" del director Alan Parker, él cree haber estado a la altura del actor Robert de Niro en la escena final donde Lucifer le exige que cumpla el pacto de sangre (contractual) y le entregue su alma. Yo también creo que fue una de sus mejores interpretaciones, junto al chico de la moto en 'La ley de la calle'; convertido en activista del IRA en 'Réquiem por los que van a morir'; o en su última aparición, en 'El luchador', por la que fue nominado al Oscar por la Academia de Hollywood.

No me gusta Pedro Almodóvar, tampoco las pelis que hace, que me recuerdan a las canciones que cantaba a dúo con Fabio en los años 80, pero Angelina Jolie le pidió un papel y el manchego, lógicamente, se lo negó, porque es una muñeca rellena únicamente de aire. Vamos, que no es Michelle Pfeiffer, la chica de mirada lánguida y cautivadora, en "Las amistades peligrosas", que nos hizo estremecer a todos. Sus chicas me van todavía menos. Aunque nunca idealicé a actores y a actrices, iconos, que son de carne y hueso, sin embargo tengo mis preferencias: Lauren Bacall, Marilyn Monroe, Rita Hayworth, Sophia Loren y Elizabeth Taylor. Que son, a la carrerilla, las que ahora recuerdo.

Ojalá repongan Colombo. Aunque sea por enésima vez. Aquella serie norteamericana para la televisión, en la que Peter Falk, convertido en infatigable sabueso, adivinaba y perseguía a cada asesino insistentemente desde el principio hasta el final de cada capítulo. Hasta que lo captura. Ahora pasan "Se ha escrito un crimen", que protagoniza la escritora e investigadora de ficción Jessica Fletcher, en un canal de reposiciones. Seguro que la recuerdan. Eran series a un ritmo lento que aunaban calidad, un buen guión y que además te hacían pensar. Qué diferencia con las de ahora, rápidas, diálogos cortos y rodadas a velocidad supersónica para que no te aburras y cambies de canal. Todo por el dominio de las audiencias. Ojo, que el exceso de revoluciones, distrae la atención. Te hace zapear.

Ya llovió, ni recuerdo ahora mismo cuando estuve por última vez en un cine. O tal vez sí, dejen que haga memoria, que ponga la media neurona, ya un poco deteriorada, a trabajar. Fue creo recordar en el estreno de 'Hannibal' Lecter (el caníbal), fijense si cayeron chuzos desde entonces. Me había gustado mucho la primera 'El silencio de los corderos', del director  Jonathan Demme y aunque no se atrevió con la segunda parte, por miedo a no estar a la altura de la anterior, le cogió el testigo Ridley Scott, un director con ciertas garantías de calidad y del que te puedes fiar, generalmente. Pues desde entonces, óiganme bien, no he vuelto a pisar las salas de cine, ni he tenido siquiera curiosidad en asomar la cabeza a las carteleras para ver que echan, a ver si alguna peli merece pagar la entrada. Manías de la edad, supongo, qué se yo. Aguantar a un fulano comiendo palomitas crujientes en la butaca de al lado, repantigado cómodamente y dándome codazos, achicando espacios. Eso si no se tira pedos, vaya usted a saber. Paso.

El azar nos rompe, nos devuelve de nuevo al origen, absurdo, de nuestra condición humana. Lo sabía Luis Buñuel, en "La mujer y el pepele" Fernando Rey sufre un atentado terrorista en la estación de tren que pone punto y final a su infructuosa búsqueda de su "Oscuro objeto del deseo". En "Muerte en Venecia", de Visconti, al músico el corazón se le rompe con las olas, frente al mar, y un volantazo acaba con las ilusiones de la pareja protagonista, en "El cartero siempre llama dos veces". Manchester, Inglaterra, 22 muertos y 60 heridos en el sanguinario ataque perpetrado por Estado Islámico a la salida de un concierto. El terrorista buscaba ser el centro de atención, hacer él mucho más ruido que el que escucharon los niños y adolescentes que asistieron a la actuación. Lo consiguió, la mayoría de las víctimas eran niños.Continuemos con el buen rollito progre e integrador.

Ando yo estos días mosqueado con Olivia Newton-John. La cosa ya viene de antes, no es de ahora ni reciente, viene de aquellas vacaciones de verano en aquella playa de ensueño y paradisíaca, donde se enamora en "Grease" de John Travolta, dejándome a mí a dos velas, fuera de plano y de cámara, y sin la debida brillantina en el pelo. Luego, Lorenzo Lamas: el chico bueno, deportista, guaperas y para colmo sano. Así es que el rey de las camas estaba cachas, no podías acercarte a él a pedirle explicaciones de por qué razón te levantaba de esa forma la novia. Ahora, Lorenzo está feo, lleva tantas operaciones y retoques encima que parece el monstruo de Frankenstein, que se joda. Ya llovió. Si exceptuamos a un servidor, ¿a quién le queda mejor el ceñido pantalón negro de cuero que a Olivia Newton-John? Que se recupere pronto Olivia de su enfermedad.

Cartas

Número de cartas: 45992

Número de cartas en Septiembre: 96

Tribunas

Número de tribunas: 2086

Número de tribunas en Septiembre: 8

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador