¿Preocupa Cataluña?

Se va acercando la fecha del ilegal referéndum catalán anunciado por los irresponsables políticos de turno, en esa loable autonomía y ya se ha dado el primer ensayo o simulacro, por el parlamento.

Esta trasnochada decisión de desconexión, deja un maloliente ambiente y es preocupante por lo contaminante que pudiera ser...

Hasta los más profanos en la materia saben que esto no vincula a nada; pero una vez más queda patente la ceguera intelectual de los políticos que allí deciden. El delito está cometido y el Poder Judicial valorará el alcance, pero para este simple escribidor, ya se ha dado la tercera agravante de nocturnidad, que seguramente quieren sumar a la perfidia y a la premeditación.

Caben todas las opiniones, espero que la mía también...

Cataluña no es preocupante y la mayoría de los catalanes tampoco. Cataluña como región española, antes y ahora como autonomía, es una agrupación social envidiable, en el buen sentido, y un factor imprescindible para configurar la gran nación española. Todos los territorios españoles y todas las personas que les damos sentido, nos complementamos y nos necesitamos para darle continuidad a un Estado moderno, serio, sosegado, ambicioso y puramente democrático,

España después del gran logro y casi milagro de reagrupación por los Reyes Católicos, siempre ha tenido un peso especifico en el mundo, y los españoles, excepto cuando nos enzarzamos en absurdas contiendas, gozamos de buena salud, y ahora que somos un referente para nuestro entorno cercano y un reconocimiento para todos los continentes del planeta Tierra, no intentemos estropearlo.

Cataluña, de momento, no es preocupante y la preocupación radica en los radicales, que como minoría, hostigan y amenazan con seguir engañando a los catalanes y a los que a ellos se han sumado y con orgullo y agradecimiento se sienten a gusto.

Esos nefastos mandatarios, que sin saber el motivo, por carecer de méritos, lideran la política de las mentes influenciables, son la verdadera preocupación en estos momentos. Cataluña como agrupación social y responsable se siente ligada a esta atractiva España, no quiere contribuir al desmembramiento de su cuerpo y menos abonar el huerto de la cizaña.

La mayoría de los catalanes se sienten a gusto en el Reino de España y son conscientes que puestos a rescindir el contrato que nos une, con el fin de empobrecerse todos, por Historia les correspondería antes a León, Castilla, Aragón, Navarra, Granada, etc.

Cataluña, al igual que Galicia y el País Vasco español, claro que tienen peculiaridades, y orgullosos se pueden sentir, como yo lo estoy, por haber nacido bilingüe; pero esas suertes no pueden llevar a algunos mediocres políticos a terminar, primero con los partidos políticos que los sostienen y después sumarse a los independentistas para proyectar a sus desgobernados un pobre e incierto futuro.

En algún otro artículo, que con todo cariño al igual que éste, dedicaba a los catalanes, allegados y charnegos, introducía las siglas: CAS Y LE-AN-GA-EX, estas primeras letras que inician algunas regiones y muchas más, que por extenso no cito, son reconocidas por todas las personas que han decidido sumarse a Cataluña por motivos de trabajo y otros nobles fines; pero que sintiéndose realizados y bien acogidos, siguen en ese trozo de su España para enriquecerla demográficamente y crear riqueza para la comunidad y para el conjunto del Reino. A todos van dirigidas mis reflexiones y mi humilde consejo es que impere la cordura y el sentido común para seguir en este barco que tiene un rumbo y un destino fiables, a diferencia de otras aventuras con endebles embarcaciones y timoneles ineptos.

La mayoría, que capacidad tiene democráticamente para evitar el retroceso, tiene también el deber moral de hacerlo para que todos juntos y con otros dirigentes, podamos devolver a Cataluña el lugar de vanguardia que ocupaba y abandonar ser el coche escoba de esta vuelta, que por suerte para el resto, sólo se corre en Cataluña...

Todos pensamos, incluso "los locos de la colina", que no ha lugar a esta pueril comedia; pero es preocupante que se plantee, porque como he apuntado, los influenciables pueden creerlo y el resto sentir abatimiento por haberles tocado en mala suerte ser representados por personas de tan baja intensidad...

Queridos amigos, de mí artículo recodar solamente el cariño que os profeso y lo feliz que me sentiría si con mis reflexiones hubiera contribuido a que el pueblo catalán volviera a la cordura. Para terminar, recordar que desde el anterior intento de golpe de estado, los cuerpos de seguridad responden individualmente de sus actos, cuando vulneran las leyes y me gustaría acabar con aquello de: "Fueron felices y ..." ; pero soy consciente de que nunca hubo la separación de un miembro sin dolor y que nunca hubo una independencia sin tiros.

Un fuerte abrazo, también para los que no piensan como yo.

Arnesto García Cerezales, Corvera de Asturias