Alcantarillado rural en Llanes
El domingo 3 de septiembre, LA NUEVAESPAÑA insertaba una nota a toda página explicando las previstas excelencias del nuevo PGOLL de Llanes. Un proyecto tan ilusionante que, a la vista de lo sucedido en recientes tiempos pasados, es fácil caer en la opinión de que más bien se trata de “una carta a los Reyes Magos”. Sólo hay que recorrer calles, caminos y sendas del concejo para darse cuenta de lo sencillo que resulta a las corporaciones locales pensar más en lo que debería hacerse que en lo que en realidad se quiere hacer.
Una buen ejemplo es el del alcantarillado en Piedra, un barrio de Posada; un núcleo rural a escasos ocho kilómetros de la capital del concejo, con senderos maravillosos y escenarios agrícolas y ganaderos, es el único –o quizá uno de los muy pocos– de los barrios de Posada abandonados de la mano de la autoridad competente (Infraestructuras del Principado y del Ayuntamiento) en los que aún pueden darse regueros de aguas residuales en huertas, prados y calles. Mucho hablar en los planes comentados de la necesidad de mejoras en los núcleos rurales, que también son concejo, pero en los tiempos que corren resulta inconcebible que existan núcleos bien establecidos que siguen funcionando en este aspecto como en el siglo XIX, sumideros, pozos negros o con el discutible invento de las conocidas fosas sépticas. Que en el año 2017 y existiendo una normativa comunitaria y una legislación nacional, todavía haya núcleos de población en el concejo que ni disponen de ello ni guardan la esperanza de llegar a utilizarlo en los próximos ocho o diez años invita a no creer en lo que predican.
Esta carta es un modo de participar, anticipándome al diseño informativo-participativo que seguramente montarán los organismos competentes, en el ruego y la proposición de que los solucionen cuanto antes. Al fin al cabo, si como dice la información del periódico “los pueblos son según este planteamiento las piezas medulares de la organización e imagen de los paisajes”, un buen modo sería adelantarse a decisiones que tardarán aún años y mostrar que los propósitos del PGOLL del Ayuntamiento de Llanes son algo más que palabras, palabras... Si de verdad quieren apostar por el mundo rural, empiecen por dar ejemplo de sus buenas intenciones aliviando alguno de los problemas más antiguos que tienen este pequeño núcleo rural. Dar por finalizado ese retraso sería la mejor muestra de que esta vez van en serio.
José M. Hernández Piedra,
Llanes
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