Ronda Norte, sí
Desde el año 1960 he vivido en Ciudad Naranco, entre la falda del Naranco y la zona urbana, calle Roberto Frasinelli y Menéndez Pelayo.
En aquella época había un bosque de castañas, carbayos y ablanos entre los que discurría un arroyo que nacía debajo de lo que es hoy la pista finlandesa, desembocando en una laguna que ocupaba el linde lateral del colegio Loyola, toda esa zona la llamaban “el vertedorio”, quizás porque iban a parar las aguas sucias del colegio y de una pequeña granja de cerdos; era un lugar precioso que se podría haber conservado y saneado.
Desde mediados de la década de los setenta hasta la década de los noventa, de forma constante, miles de camiones fueron arrojando millones de toneladas de tierra y escombro, enterrando el bosque, el arroyo y la laguna donde anidaban aves acuáticas. Se preveía que aquella zona se iba a urbanizar y ya se hablaba de dar una salida y entrada a Ciudad Naranco, incluso mediante un túnel que llegara a Vallobín y La Florida, todavía sin urbanizar.
A partir de los noventa se empezó a construir viviendas adosadas en la parte alta, y más tarde se comenzó a edificar en la parte baja (zona de la laguna) decenas de edificios de cinco plantas, después un colegio público, un instituto y más tarde un esquelético spa que sigue ahí por donde se suponía que tenía que pasar la Ronda Norte.
Hoy día la situación es la siguiente: Ciudad Naranco creció el doble, se urbanizó “el vertedorio” con miles de viviendas, se benefició el colegio Loyola que amplió el doble sus instalaciones. El bosque, el arroyo, la laguna han quedado enterrados de escombros y encima se ha puesto hormigón-cemento-ladrillos (una perfecta tumba), pero no se ha dado solución a las salidas y entradas a los barrios del Oeste. Roberto Frasinelli, Menéndez Pelayo, Ernesto Winter, Nicolás Soria y glorieta Luis Oliver siguen sufriendo grandes atascos, y los vecinos, dichas colas. Ojalá se hubiera hecho la Ronda Norte y menos edificaciones. Para llegar a dichos barrios hay que cruzar por el centro de Oviedo. Los responsables políticos deberían tener mayor sentido común, visitar la zona y ver que no queda nada del bosque, arroyo ni laguna, que los vecinos necesitan una solución, que la especulación urbana triunfó hace muchos años. Algunos deberían dejar el dogmatismo y ser pragmáticos.
Quizás el proyecto primitivo sea irrealizable, pero no se puede decir no por dogmatismo, puede ser realizable si se hace un estudio con medidas técnicas en un trazado de trinchera o falso túnel, un túnel entre el colegio y el instituto y enlazar a La Florida. Es posible que muchas familias en las elecciones municipales voten por lo práctico y olviden la ideología. Escuchen a la gente, vean sus problemas y den soluciones. Ronda Norte, sí.
Luis Trabazo Flórez
Oviedo
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