Cataluña, al borde del abismo
Sí, y hacia él lo está llevando su sedicioso Gobierno, y su precipitación a ese abismo se puede producir el 1 de octubre, si se persiste en esa locura separatista. Que parece ser que sí, vista la actitud hostil y desafiante del presidente Filemón, perdón, Puigdemont, y de su demencial gobierno y sus adláteres de un asqueroso antiespañoñismo. El desmadrado gobierno de la Generalidad, bravucón y desafiante, se está ciscando en cuanto se le está advirtiendo desde el Gobierno de la nación, el Tribunal Constitucional y la Fiscalía General del Estado, y sigue adelante con su anticonstitucional referéndum. La rebelión está servida, que puede tener un final dramático. Que es lo que quieren para dárselas de víctimas, de ser atropellados por el Estado. Y si hay sangre, mejor –quizás la busquen o provoquen–, para lagrimear ante el mundo de ser mártires y arremeter contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad de ese Estado. De todo son capaces con tal de salirse con la suya.
Todos son responsables de esta dramática situación, comenzando por socialistas y populares. Mimaron, concedieron y cohabitaron con el gobierno de Pujol, “deshonorable” y corrupto presidente de la Generalidad, que fue el primero en encender el fuego separatista con el burdo disfraz del nacionalismo. Luego Zapatero, que está haciendo “protagonismo” por Venezuela, echó más leña al fuego separatista con el antidemocrático Estatuto y aquello de que “lo que aprueba el gobierno de Cataluña lo aprobará el suyo". ¡Toma del frasco, capullo! Groucho Mas, perdón, Artur Mas, presumidillo él, siguió avivando el fuego sedicioso, ya con descaro y desvergüenza, que acaban de rematar, faltosos y chulos, Puigdemont y el Junqueras, al margen ya de la Ley por completo. Y mientras tanto, el Rajoy que tenía y tiene la sartén por el mango, mirando para otro lado y haciendo declaraciones mansurrones y blandengues en vez de evitar que el fuego devastador separatistas se extendiera más y llegara, como llegó, a convertirse en una gran hoguera cuyas voraces llamas nos pueden calcinar a todos.
Y de toda esa mierda de la corrupción del Palau y el generalizado chupe del tres por ciento, de eso no se habla ni se toca. Y ahora, el 1-O, hala, referéndum y una república catalana, así por la cara, y para tapar toda esa mierda que es cuantiosa y millonaria. ¿por eso se quieren ir de España, para que la “dura lex” sobre ellos no caiga?
Ricardo Luis Arias
Aller
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