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El comunismo ayer y hoy

1 de Octubre del 2017 - Ricardo Luis Arias (Aller)

Corea del Norte puede provocar la III Guerra Mundial con ese lanzamiento de misiles tan cerca de Japón (que sería su primer objetivo por su invasión y ocupación, en otro tiempo y durante 20 años, del territorio coreano por las fuerzas niponas), y ahora la amenaza de lanzar una bomba de hidrógeno sobre el océano Pacífico, precisamente cuando ahora mismo la ONU trata sobre nuevas sanciones a Corea del Norte, dada su hostilidad, amenaza y provocación. A su vez, el presidente de USA, que es también muy “calentucu” y belicista, ha dicho que arrasará y destruirá Corea del Norte si ésta trata de cumplir sus amenazas. Hombre, no, señor Trump, hay que agotar todos los recursos pacifistas antes de llegar a esos dramáticos y apocalípticos extremos, pensando sobre todo en la indefensa población civil norcoreana, que sería igualmente arrasada y destruida. De la advertencia de Trump no cabe interpretar otra cosa.

Si el dictador norcoreano, gordinflón y “faltosu” él –omitimos su nombre porque nos desagrada citarlo–, basaba su chulería en un posible respaldo de China, se ha quedado con dos palmos de narices. Porque la China de hoy ya no es la China de ayer, la de Mao, de un comunismo sanguinario y salvaje. Como el tiempo todo lo cambia, el comunismo chino de hoy está “descafeinado”, abierto al mundo occidental, porque hay un viejo dicho que dice algo así como renovarse o morir, desaparecer. Así que Corea del Norte se olvide, que ya no tiene ese respaldo de China en su locura bélica, porque el Gobierno de Pekín hace suyas esas sanciones de la ONU a Corea del Norte, comenzando por cerrarle si grifo de su suministro de petróleo en la cantidad que antes lo hacía. Esto, para ese gordinflón de dictador norcoreano, es una patada en el trasero.

El comunismo lo trajeron los mismos zares y su nobleza, que tenían al pueblo ruso sumido en la miseria y el despotismo. El cambio era necesario, pero no de la forma en que se hizo y se instituyó, que Lenin, primero, y Stalin, después, hicieron de Rusia una dictadura sangrienta en un pueblo oprimido, sin libertad alguna, hasta que el derrumbe del muro de Berlín acabó con ella. Y es que el comunismo, hoy, es con otros seguidores más preparados y responsables que llevan su comunismo, sin extremismo, radicalidad ni violencia alguna, por los caminos de la democracia y de la paz social. Buen ejemplo de ello lo tenemos nosotros, demostrado en la Transición, en la que un comunismo que venía del exilio, liderado por Carrillo, y el socialismo que encabezaba Felipe González supieron pasar página y conseguir un cambio político modélico y ejemplar. Obligado se nos hace reconocer que ambos partidos de izquierdas fueron los verdaderos artífices del cambio, porque fueron los que más tuvieron que sacrificar o posponer para su logro. Sí, obligado es reconocer, y también agradecerlo.

Todas las ideologías políticas, ya sea de un color u otro, son respetables y hasta necesarias en el campo democrático y constitucional. Todas son buenas, el malo es el hombre cuando las lleva al extremismo, la radicalidad y la violencia, como sabemos muy bien los carpetovetónicos, sobre todo los que vivimos y sufrimos aquel dramático y doloroso pasado. Y todo fue porque, tanto en un bando como en otro, las ideologías llevadas a ese lamentable y pernicioso extremismo rompieron amistades, convivencia y solidaridad, todo cuanto es necesario para la paz social y para que hagamos hermanados y hasta felizmente ese viaje que es principio y fin de nuestra existencia, que hacemos tan difícil y complicada.

Obligado se me hace también recordar, con verdadero sentimiento, al mejor amigo que he tenido, perteneciente a una familia minera, honrada y trabajadora, que era comunista. Mi querido amigo era de Ujo y quiero citar su nombre aquí, porque saben allí que es cierto cuanto pueda decir de Salvador Paz López, Salva, que era un hombre ejemplar, la bondad personificada. Y mi amigo Salva era comunista, todo un ejemplo de hombría de bien. El día que se fue una parte de mí mismo se fue también con él. Y en el norte de mi vida siempre estará mi querido amigo Salva, su ejemplar y entrañable recuerdo.

El comunismo ayer y hoy. El de ayer ya es historia, y el de hoy forma parte de la estructura social y política de nuestro Estado democrático y constitucional. Que el separatismo catalán quiere dinamitar y hacer saltar por los aires su unidad territorial el 1-O, con un sedicioso y demencial referéndum.

Corea del Norte. Su amenaza atómica y nuclear se hace más patente y prepotente cuando esto escribimos, y los bombarderos norteamericanos vuelan sobre las aguas internacionales más próximas a la costa norcoreana dispuestos a entrar en acción. La suerte del mundo está echada.

Ricardo Luis Arias

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