Son las ilusiones, estupido
En 1992 el entonces candidato a presidente de los Estados Unidos de América popularizó una frase en la campaña electoral "Es la economía estúpido" para referirse al entonces presidente George Bush padre. 25 años después podríamos versionarla para hablar de Cataluña, diciendo "Son las ilusiones estúpido".
El mayor error del gobierno de España ha sido infravalorar lo que puede hacer una persona cuando tiene una ilusión. Para comprobarlo solo hay que pensar en casos que cualquiera de nosotros conocemos: personas cruzando en barcas de juguete el Mediterráneo por la ilusión de una vida mejor, gente gastando una gran cantidad de dinero en loterías o señores dejándose el sueldo en el último producto milagro para que crezca el pelo perdido, serían solo unos ejemplos.
Todos estos casos tienen una cosa en común, ninguno tiene en cuenta la razón o la lógica. Podemos decirles a los del cayuco que no van a llegar a puerto y que si lo hacen inmediatamente serán repatriados, se le puede decir a los jugadores de loterías que si guardan todo ese dinero día tras día en unos años tendrán un buen pellizco o a los señores que ese invento no les devolverá el pelo, pero no te harán caso.
En estos años el gobierno de España ha pasado horas explicado las catástrofes bíblicas que supondría la independencia, la expulsión de la Unión Europea o la quiebra de Cataluña. Estas cosas puede que sean ciertas pero es obvio que ni calan ni calarán. El ejecutivo de Rajoy ha querido abrazar la razón y ha regalado a los independentistas la ilusión, les ha cedido el relato, la esperanza de una sociedad mejor y más justa. Ha sido tan torpe que ha permitido que un partido como CIU, casa de los Pujol y el partido que ha gobernado Cataluña casi siempre, se abandere como revolucionario y la esperanza del pueblo catalán.
Hace falta alguien que vaya a Cataluña a explicar que es mejor quedarse y estar juntos. No porque se vaya a desplomar el cielo si Cataluña se independiza, es mejor porque los queremos y respetamos. No queremos ir a por nadie, queremos reformar este país y lo queremos hacer todos juntos, no sobra nadie.
Si lo único que vamos a ofrecer es la ley, se podrá vencer pero no convencer. La ley en una sociedad civilizada es importante, pero hay que ofrecer algo más, una ilusión para luchar juntos, una utopía que nos haga caminar.
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