El salmón se nos va
La columna del lector
El salmón se nos va
Enrique Luis Berrocal Martínez, presidente de la Sociedad de Pescadores Las Mestas del Narcea, Pravia
Desde la posición de responsabilidad que da el cargo que ocupó, y tras los últimos censos salmoneros que se han llevado a cabo, pendientes de los ríos Eo y Navia, que será censado por primera vez este año, o al menos a eso se han comprometido quien gestiona los ríos, tengo la obligación de trasmitir la alarmante situación que está padeciendo el rey del río y cómo no, sus hermanos trucha y reo.
Las soluciones al problema, son tantas como personas quieran opinar, pesca sin muerte, control de depredadores, nula vigilancia, actuaciones en los ríos, pero hete aquí que la culpa siempre es del mismo agente: el pescador asturiano.
El pescador asturiano, sanguinario dónde los haya, busca día a día la manera de acabar con más y más peligrosos salmónidos que año tras año esquilman de larvas y pequeños invertebrados que pululan pacíficamente en los ríos astures.
Mientras tanto, la administración, haciendo gala de su visión de futuro, ayuda firmemente a la desaparición de estos inmundos peces, con la protección de sus depredadores más letales, los cormoranes.
Éstos, en perfecta comunión con el pescador asturiano, atacan incesantemente las hordas de esguinos que tratan de cumplir su ciclo de río, antes de aventurarse a las peligrosas aguas del mar Cantábrico en busca de sus zonas de pasto allá por los mares del Norte.
Atacan como si un batallón de aviones de la segunda Guerra Mundial se tratase a los violentos alevines durante los dos años, más o menos, que están en el río tras su nacimiento, consiguiendo que un porcentaje muy pequeño de ellos, complete su ciclo.
Tenemos que agradecer también que cada vez las repoblaciones son más escasas, llegando a situaciones tan maravillosas como la de este año en el río Esva, con menos de 100 ejemplares adultos censados.
Hablando ya en serio, todas las asociaciones de pescadores, que al final tienen la culpa hasta de la guerra del Golfo, estamos ilusionados con la entrada de un nuevo consejero al mundo de la pesca fluvial, y esperamos que tome medidas serias y definitivas, y así se lo hemos trasmitido personalmente.
Tendremos que apretaron el cinturón todo lo posible, pero lo que no podemos exigir es que apretemos tanto que se nos salgan los ojos de las órbitas, mientras al cormorán, no se le pone ni un triste tirante.
De las repoblaciones, qué vamos a decir, entre todas las sociedades tenemos centros ictiogénicos con capacidad para albergar millones de alevines. Con gastos totales que superan con creces los 100.000 euros y con subvenciones que, en el mejor de los casos, rondan los 8.000. Algunas, tenemos la fortuna de contar con mecenas, como Klöckner Pentaplast es para Las Mestas, y que nos permiten mantener cifras de desoves cercanas al millón y medio de alevines, pero otras, por el contrario, tienen que subsistir con los exiguos ingresos que les dan sus socios y las ridículas subvenciones regionales, aunque, eso sí, al final somos los únicos culpables de la decadencia.
Desde aquí, le pido, le suplico a la Administración y a Fernando Lastra que dé un paso, que nos ayude y que consigamos que esto no se acabe por el bien de Asturias. Yo quiero confiar en él, y a él le encomiendo nuestros últimos salmones, truchas y reos. Ya se lo dije en persona y lo repito aquí.
Confío en que no nos defraude, en sus manos está el futuro.
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