El indulto interno al alcalde de Siero
Felicitaciones al nuevo equipo que va a dirigir al histórico PSOE astur.
Con Barbón llegó la renovación; pero dicha necesidad y propuesta parece tener algún inconveniente en Siero donde su alcalde acaba de ser indultado internamente. ¿Y eso es bueno o una trampa para el socialismo asturiano?
Seguramente que es bueno que de las Cuencas, como Adrián, sigan llegando renovaciones al campo político, recuperando protagonismos que habían estado en retirada. Es complicado asumir triquiñuelas de quien presumía de seguir los pasos de Felipe González, como Cepi, para traer con dinero público a un multimillonario venezolano al balcón municipal, y en un dos por tres se hizo "sanchista" por conveniencia.
Su confesión pública de que "quién va a estar en política si no hay retribución económica atractiva" refleja su filosofía particular, para explicar el que "por las noches" (¿o lo hacía durante el día laborable con salario del Ayuntamiento.?) haya aumentado según los medios en 200.000 euros su particular peculio, con un salario oficial que, aunque hizo todos sus esfuerzos para subirlo a inicios de legislatura, no logró en ese momento los consensos necesarios, y no avala ni de lejos el crecimiento de sus cuentas.
Más complicado lo tiene la nueva dirección socialista al avalar y ratificar una práctica política en Siero que en la retórica sería como una espina difícil de sacarse de la planta de la mano o del pie: ¿pactando con la derecha y la extrema derecha como en Siero? ¿eliminando los rasgos de participación ciudadana dejados por anteriores gobiernos locales, incluso de la derecha, como está haciendo Cepi en Siero? , ¿considerando "correcto" recibir jamones de la trama condenada por la justicia en el caso Marea?, ¿o tal vez viajando juntos a Israel a importar tecnologías sionistas, muy apropiadas para renovar el temple político, social, de la ocupación ilegal de Palestina como impronta de nuevas maneras para el conjunto del territorio asturiano?.
El gesto de indulto interno, acomodaticio al cambio de chaqueta de felipista a pedrista del alcalde de Siero, puede que sea una cosa comprensible, pero las alianzas derechosas y los gestos de gobierno subsiguientes derivados de ellas seguramente que no causen furor en la nueva dirigencia asturiana del PSOE; y si así no fuera y tiraran por la calle contraria ¿no estarían ya anunciando que "excepcionalidades" como la de Siero van a hacerse convivir con promesas de giro a la izquierda que harían increíble cualquier propuesta sensata de renovación?
Esperemos que haya cordura, en la renovación, que además de estética tendría que ser ética.
Javier Arjona, ex picador en el pozo Sotón, Pola de Siero
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