Propuestas para el futuro de Asturias
Se ha dicho en varias ocasiones que posiblemente no se encuentre en España otra región más analizada, más auscultada, más diseccionada, más examinada que la nuestra, donde viene siendo casi una constante la presentación de estudios sobre su estado, realizados por entidades financieras, organismos institucionales, partidos políticos, secciones sindicales, gabinetes universitarios, grupos empresariales, y así casi sin solución de continuidad hasta hace unos días.
Ocurre que acaba de ser dado a conocer en Oviedo un documento en el que se recomienda prestar atención especial hacia un conjunto de sectores económicos susceptibles de elevar en el futuro el nivel de renta de quienes vivimos en Asturias, documento elaborado por una asociación formada por jóvenes emigrantes, sólidamente asentados en otras naciones del ancho mundo, que muestran así un elogiable interés por colaborar en el desarrollo de la tierra donde nacieron y crecieron.
Huelga decir que se trata de una nueva aportación a la ya larga lista de informes hechos en el mismo sentido, que en este caso mucho me temo que no aporte novedades sustanciales que no sean conocidas ya desde atrás en la región (véase la actividad turística), lo que no obsta para que merezca ser tenido en cuenta a todos los efectos, sobre todo en orden a su utilidad como recordatorio incitante, muy necesario en una sociedad local un tanto adormecida.
Esto es debido a que la situación por la que atraviesa el Principado tiene raíces profundas, agarradas a un pasado del que ya fue víctima el insigne Jovellanos, las cuales condiciona el modo de pensar y la forma de actuar de los propios asturianos, según se desprende de las declaraciones que resumo a continuación, a las que podría añadir no pocas más en el mismo plano discursivo, todas ellas merecedoras de ser objetivo de reflexión profunda y de debate animado.
-«Este es un pueblo descreído, socarrón y un tanto cínico. Es difícil hacer cosas dentro de un clima así, porque cualquier iniciativa es criticada ásperamente. Asturias tiene que cambiar su mentalidad colectiva, pues hay ya demasiados asturianos que abandonan la región por no haberse recibido aquí el apoyo que necesitaban». (Adrián Piera, empresario, 1996).
-«Los asturianos gastamos la mayor parte de nuestras energías en peleas internas, lo cual evita crear proyectos colectivos. Asturias se ha quedado ensimismada, le falta ver dónde se encuentra en relación con el mundo que la rodea. No ha habido líderes políticos, sociales, sindicales capaces de cambiar estos comportamientos». (Editorial de LA NUEVA ESPAÑA, 2001).
Subtítulo: Conclusiones en base al último informe de la Asociación Compromiso Asturias XXI
Destacado: Junto con la aceptación de nuevas ideas desarrollistas y nuevos modelos de producción, en un cambio de mentalidad ciudadana, la que debe instalarse en la vida del Principado
-«Una inmanente presión descalificadora ahoga gran parte de las iniciativas del talento, de la laboriosidad y del espíritu emprendedor. Habrá que pensar que ha sido la liberación de ese acoso vecinal la que ha permitido triunfar a nuestros emigrantes y pedir perdón constantemente por el éxito que alcanzaron». (Juan de Lillo, periodista, 2007).
-«La dificultad principal, como sucede casi siempre que se trata de hacer algo importante en Asturias, está en nuestra propia tierra, donde hay que enfrentarse siempre al escepticismo, al localismo, a las envidias, a la falta de unidad, a la ausencia de entusiasmo, a la desidia esterilizante». (Director del Centro Cultural Niemeyer, 2008).
-«Asturianos con éxito los hay en cualquier lugar del mundo, menos en la humedad y retorcida, en la que lo más importante de todo es condenar al que despunta, acribillar al que desborda talento, satanizar al que aporta soluciones novedosas, burlarse despiadadamente del débil y no dejar crecer la hierba de la fantasía». (Mario Bango, periodista, 1997).
-«En Asturias cada paso que uno da cuesta cien dificultades, pues si ya no bastasen las que trae consigo toda nueva empresa, salen los naturales del país a multiplicarlas, de manera que no acierto a decir bien si me costó más combatir éstas que vencer y allanar las otras que me salieron en el camino». (López Doriga, empresario, siglo XVIII).
-«Dice el dicho que Nadie es profeta en su tierra, y menos en Asturias, donde existe una sociedad cainista por excelencia, en la cual los intereses locales y partidistas se multiplican por mil, para hacer otros tantos bandos y facciones y situar el enfrentamiento por encima de cualquier proyecto global y vertebrador». (Luis María García, 2004).
Se desprende de lo expuesto que, junto con la aceptación de nuevos modelos productivos, nuevas ideas desarrollistas, nuevos programas medioambientales, nuevas propuestas económicas, nuevos procedimientos administrativos, y para qué seguir, es además otra la dimensión social en la que creo que tiene que desenvolverse la vida del Principado, de modo que se logre imprimir un cambio de mentalidad en las gentes, comenzando por quienes son sus líderes naturales.
Pues es precisamente al llegar aquí donde quizá radique el fallo más palpable del interesante documento redactado por la Asociación Compromiso Asturias XXI, al caer en el mismo defecto en el que perdieron pie bastantes documentos similares, sacados a la luz por los consejos del Movimiento, las asambleas sindicales, etcétera, ya desde los años cincuenta del siglo pasado, de los que tengo varios ejemplares entre mis libros y folletos.
No se trata, por consiguiente, de quedar instalados en la superficie, a la hora de enjuiciar los males que aquejan a la región, ni querer labrar en terreno ya trillado, ni abordar ocasionalmente temas que fueron tratados hace lustros (insisto en el capítulo de turismo), sino en ir logrando que el comportamiento de quienes vivimos diariamente y ponemos afanes en esta tierra transcurra por cauces de colaboración solidaria y no por veredas de enfrentamientos enrocados.
Por ello no está de sobra en estos momentos la aparición del documento escrito por un grupo de jóvenes asturianos en el extranjero, poseedores de una visión futurista sobre el aquí y ahora del Principado, y detentadores de un cualificado nivel profesional, aunque no sea más que porque ha conseguido despertar la atención de los gestores públicos y de los dirigentes empresariales, que tienen mucho que decir respecto al porvenir de la región.
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