No interesa la prevención
El Suroccidente asturiano está en llamas. El fuego no da tregua, los focos de los incendios se multiplican y el gobierno de Javier Fernández ante la gravedad de la situación, ha reclamado ayuda al Gobierno central para que le envíen fuerzas del ejercito que ayuden en la lucha desesperada contra las llamas que estos días asolan el suroccidente de la región. La adversa climatología, con altísimas temperaturas y la ausencia de lluvias, ha sumido Asturias un año más en un autentico polvorín. Cuando el fuego hace acto de presencia con la magnitud que lo esta haciendo en los últimos años en Asturias, siempre surgen las mismas preguntas, los mismos interrogantes: ¿Son intencionados estos incendios en cadena? ¿A quién le interesa que el monte se queme?. Y las hipótesis siempre son las mismas: podrían ser los ganaderos para conseguir mejorar los pastos; o también podrían estar detrás los intereses económicos de ciertas empresas madereras; hay quien también no descarta que el alto incremento de la fauna salvaje, y los cuantiosos daños que esta está causando a los agricultores y ganaderos asturianos en los últimos tiempos, pudiera ser la mecha que prendiera el fuego; sería el arma que algunos estarían utilizando como venganza contra el Gobierno regional por el escaso interés que éste les ha venido prestando, especialmente con los daños causados por el jabalí y el lobo, y las escasas indemnizaciones que se les suelen pagan.
Dicho esto, que es lo mismo que siempre se dice, que se debate, que se analiza; cuando el fuego nos ataca por los cuatro costados, habría que pasar a a analizar el papel que juega el Gobierno regional asturiano en el tema de los incendios forestales, y especialmente en su prevención. A pesar de la magnitud del problema, una gran parte de las administraciones del Estado que son competentes en combatir los incendios forestales no es transparente a la hora de cumplir con la ley vigente y publicar los datos de presupuestos y gastos de la lucha contra el fuego. Asturias, Extremadura y Murcia han sido las únicas comunidades que han entregado todos los datos sobre gasto público en prevención y extinción de incendios entre 2001 y 20014. Es curioso ver cómo desde que comenzara la crisis en 2008, los recortes en prevención de incendios han ido disminuyendo de forma drástica. Asturias pasó de una inversión de 16, 1 millones a los apenas 8,5, lo que da una idea de la escasez de recursos económicos que el Gobierno del PSOE destina al problema de la prevención en los montes asturianos.
Tal vez , y aunque resulte vergonzoso el decirlo, la clase política prefieren invertir más en extinción antes que en prevención. Esto tiene su lógica. La extinción de un incendio es una actividad mucho más visible para los ciudadanos, aunque no sea lo óptimo para una buena gestión del monte. Estos días comprobamos como para la ciudadanía afectada por los incendios su mayor preocupación es apagar el fuego, evitar que se vean afectados sus bienes, ya sean viviendas o montes de arbolado. Ese espectáculo mediático, con el político de turno desplazado al lugar, para contemplar desde la distancia, acompañado del mayor número posible de medios de comunicación, como los helicópteros, los aviones, los bomberos, intentan sofocar el incendio, eso es lo que les gusta a la mentalidad de los políticos, eso es lo que dará rentabilidad en el futuro en las urnas. Hay que tener en cuenta que ni la prevención, ni los árboles dan votos; los trabajos de extinción y las personas que trabajan en esas tareas, así como los ciudadanos que ven salvados sus vienes, esos si votan; y eso el político lo sabe, por eso le interesa más invertir en extinción que en prevención. Lamentable, pero la pura realidad.
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