El Club Bádminton Oviedo
Antes de comenzar quiero aclarar que soy un gran amante del deporte que veo, miro y pruebo cada deporte que puedo. Soy seguidor del deporte asturiano, y en estos últimos años siento la necesidad de apoyar a los deportes minoritarios que se practican en Asturias.
Desde hace un tiempo, he depositado toda mi ilusión en un deporte y en un club. El deporte es el bádminton, el club lleva el nombre de nuestra ciudad, el Club Bádminton Oviedo. Tengo que reconocer que el bádminton no es una actividad deportiva muy difundida a nivel mundial, menos aún a nivel español, pero por eso mismo es de destacar la trayectoria del referido club. Veo todos sus encuentros en División de Honor, porque sí, está en la División de Honor, máxima categoría del bádminton en España; intentando conocer más de este club me he enterado que es el club con más licencias federativas en España, campeón de la División de Honor contra todo pronóstico, ha participado en competiciones en el marco español y europeo. Igualmente en su palmarés figuran campeonatos de España en diferentes categorías, sus jugadores han sido seleccionados para competir formando parte de la selección nacional en diversas categorías, incluida la absoluta, y cuenta con más de 500 deportistas formando parte de la estructura del club.
Todo esto lo sé a través de la información que facilitan las redes sociales, páginas web de revistas deportivas, pero no alcanzan ni la difusión ni el interés que para los amantes del deporte tienen las páginas de su diario, LA NUEVA ESPAÑA.
Ahora le formulo una pregunta, ¿cómo es que un equipo que ha ganado tantos títulos, que tiene jugadores a nivel nacional e internacional, que a día de hoy es el único en Asturias en ser ganador del campeonato en División de Honor, en la actual liga es líder en esa categoría, tiene acreditada una larga trayectoria de triunfos en competiciones regionales, nacionales y europeas no tenga más presencia en las páginas deportivas de LA NUEVA ESPAÑA, no se le reconozcan sus méritos deportivos y las noticias sobre el mismo quedan relegadas a aparecer en un suplemento deportivo? Creo que sus logros merecen una mayor difusión y me extraña que LA NUEVA ESPAÑA no dé más oportunidades a sus lectores de conocer la trayectoria de clubes emergentes, como el Club Bádminton Oviedo, que hacen de Asturias, de Oviedo, lugares más sanos, que no apueste por un club que gracias al sacrificio de jugadores, técnicos, directivos y al apoyo de sus seguidores, como igualmente es el caso de otros de la geografía regional, luchan para hacerse un hueco en el deporte y poner en este caso concreto a Oviedo, a nuestra ciudad en el mapa del deporte europeo.
Estimo que los lectores de LA NUEVA ESPAÑA, los aficionados al deporte deben de conocer los proyectos de este club, saber dónde entrenan, el presupuesto que manejan, los esfuerzos y recursos que dedican las personas que trabajan robando horas al descanso para intentar que la preparación de sus jugadores sea la óptima para participar en las diferentes competiciones, lo que se logra a través de entrenamientos, charlas técnicas, análisis de los partidos jugados... en una palabra, lograr que cada jugador esté en las mejores condiciones para cumplir su sueño.
Espero que este escrito haga recapacitar a LA NUEVA ESPAÑA, y no deje caer en saco roto estas líneas de un aficionado al deporte en general y en particular al que se practica en Asturias. Lo envío en demanda de la ayuda de su diario para difundir todo aquello relacionado con el deporte, especialmente de aquellos deportes minoritarios como es el caso del bádminton; Oviedo debe de estar, tiene que estar orgullosa de ser la sede del Club Bádminton Oviedo, de los jugadores, técnicos, directivos que trabajan para lograr alcanzar las metas más altas, aunque en un principio parezca que son inaccesibles. En sus manos está la posibilidad de dar a conocer lo bueno que tiene esta ciudad y no dejar que la ilusión de todos los que componen este gran club se transforme en desilusión, apatía y que las ganas de ser los mejores, por lo menor el intentarlo, caigan en el olvido.
Gerardo Echevarría González
Oviedo
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