La Nueva España » Cartas de los lectores » El nacionalismo, como el tabaco

El nacionalismo, como el tabaco

20 de Octubre del 2017 - Roberto García García (Avilés)

Somos como Santo Tomás, necesitamos que pase para comprobar sus consecuencias. Desde un punto de vista sociológico vivimos un momento histórico apasionante. En todos los fenómenos naturales, o en aquellos protagonizados por el humano, está comprobado que toda fragmentación debilita a las partes. Y si las cobayas del experimento son personas, el disparo de la alarma es inevitable. El nacionalismo y su inconfesable objetivo final, la separación del todo, ha llegado a ser moneda de curso legal a sabiendas de ocultar un auténtico plumero de la Pampa.

Hasta no hace mucho, esta dolencia, que sólo afectaba al potentado refalfiado, se ha extendido por sorpresa a identidades menos favorecidas bajo el lema patológico de “libres con fronteras”. Vamos a ser pedagógicos, el nacionalismo es como el tabaco: todos sabemos que es cancerígeno, pero seguimos fumando. En un reciente programa de televisión, un economista, bastante sobrado, presentaba los preocupantes números económicos de la independencia. Le interpelaba un chico, abducido por Alicia, socio de “El club de los poetas muertos”, indicando que el ansia soberanista es un sentimiento y, por consiguiente, las cifras son irrelevantes. No sé yo si una reducción del PIB a niveles de Rumanía haría las delicias del respetable. De estos credos, cada vez más arraigados en las sociedades occidentales, ha nacido el concepto de posverdad. No se melancolicen, las personas y las colectividades, así como sus gobernantes, deben conducirse por la vida con la razón por guía. Si dejamos que la locura romántica tome el mando nos espera un porvenir agónico. Y esta mentira emotiva se ha ensayado en Cataluña.

El trabajo de campo ha corrido a cargo de la ANC y del Ómnium Cultural, proveedores oficiales del opio y las cachimbas necesarios para el éxito de la prueba, sin despreciar la labor impagable de la educación y la televisión con la lengua (habitual en estas citas) como punta de lanza. Si unos informativos difunden casi en exclusiva lo autóctono y algo del mundo, el progresivo desafecto está asegurado, como así acaeció en las repúblicas balcánicas. Pero lo que prometía ser un Dr. Jekyll se ha transformado en un Mr. Hyde y ha tomado de rehenes al tridente PJF (Puigdemont, Junqueras y Forcadell), privándoles de esa libertad de juego que los hacía imbatibles hasta la presente temporada, justo cuando la realidad de la competición les ha enseñado lo insondable del abismo. Se acabó la diversión, llegó el Comandante (económico) y mandó a parar.

La cuestión entonces estribaba en mostrar la virilidad del macho alfa, no cuestionase la manada su supremacía. La fórmula elegida, como bien saben, ha sido el coito exprés interruptus, y no cabe negociación alguna al admitir la sedición, como único diálogo, las condiciones de la rendición. Si sus mexicanos activan el 155 para convocar de modo unilateral comicios autonómicos, no duden de los escraches ante las sedes electorales. Pero no deben salirse con la suya por un motivo concluyente: llevan cuarenta campañas jugando sucio, con ventaja al no recibir ni una sola tarjeta roja del arbitraje madrileño.

Roberto García García, Avilés

Cartas

Número de cartas: 49026

Número de cartas en Diciembre: 149

Tribunas

Número de tribunas: 2176

Número de tribunas en Diciembre: 4

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador