Combate nulo
Después del tongo deportivo del Conor McGregor & Floyd Mayweather, el día 26 de agosto, en el Mobile Arena de Las Vegas, nos ha tocado vivir tristemente, otro tongo, esta vez nacional.
Como todos ustedes saben, estamos viviendo, con final incierto, todo hay que decirlo, el combate, repetición del histórico Lerroux & Companys, celebrado el 6 de octubre de 1934, en Barcelona, y que terminó, como todos los aficionados ya conocen, en tan solo 10 asaltos, con la derrota por KO técnico de Companys.
Vivimos, como digo, el Campeonato por la República Catalana. Esta vez, el enfrentamiento se dirime entre dos españoles que representan a sus respectivas aficiones, nacionales unos, con banderas constitucionales (42 millones de seguidores), e independentistas los otros, con banderas esteladas (5 millones de seguidores).
En una esquina, Puigdemont, (enjuto y sonriente) arropado por Junqueras, Trapero e Iglesias. En la otra Mariano Rajoy (astuto y alto de peso), con Sánchez y Rivera en su equipo.
El combate se inicia, después de vociferantes amenazas verbales en el pesaje, con fintas, amagos, golpes bajos, interrupciones continuas, y 2 cuentas de protección a Puigdemont (por protestar).
El cardio bajo mínimos de los contendientes no da para más, y nos priva de un ritmo de combate acorde con la importancia del evento, pues después de 20 asaltos, que es cierto, han servido de comidilla para los espectadores, periodistas, televisiones extranjeras, comités de UE, sesudos especialistas legales, etc., ha resultado hasta el momento, un combate deslucido, bronco, barriobajero, que ha soliviantado al personal, el cual ha llegado a manifestarse (no siempre pacíficamente), siendo incluso necesarias cargas de la Policía y Guardia Civil, con el resultado final de 892 heridos, aunque sólo 4 han tenido que pasar por el hospital. Se han tomado declaraciones, y a la vista de la documentación aportada por las partes, los cuerpos policiales han tenido que proceder a la encarcelación de Cuixart y Sánchez, dirigentes de Ómnium y ANC, con el cargo de sedición, ante las protestas airadas de la esquina de la estelada.
Volviendo al evento que nos ocupa, en el asalto número 19, la esquina de Rajoy ha presionado a la de Puigdemont amenazando con liquidar el combate en el minuto 155, pero los seguidores, de uno y otro bando, no se lo creen. Ni de coña.
Piensan, por lo que ven y escuchan, un asalto y otro, que el combate está amañado, y que en modo alguno compensará el esfuerzo económico de empresas y particulares, aunque, eso sí, la Sexta, que hace un seguimiento “full time” desde el inicio, tiene dudas. Los “hooligans” se mueven inquietos en sus asientos. El veredicto está al caer y se temen el amaño, aunque en las cartulinas de los jueces el gallego Rajoy lleva ventaja (legal y constitucional). El combate, con la aprobación de las partes, será declarado nulo. Triste epílogo para una contienda que prometía certificar que la ley es, para todos, de obligado cumplimiento.
Rufino Costales Llamas, Oviedo
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