Cambio climático
A estas alturas del año, deberíamos estar con el abrigo puesto y el paraguas a tiro de piedra, preparados para sacarlo a la mínima que dé signos de una posible tormenta, sobre todo aquí, en el Norte de la península. Sin embargo, así estamos, vistiendo camisetas de manga corta y sin preocuparnos por el paraguas, ya que sabemos que no lo vamos a necesitar, a menos que lo usemos de sombrilla. Incluso los más "afortunados" del sur del país pueden aprovechar para pasar el día en la playa, sin riesgo de coger una hipotermia. En pleno octubre. Ya en septiembre de años anteriores era imposible encontrarnos con este clima sorprendentemente "caluroso" que estamos viviendo, teniendo en cuenta la época del año en la que estamos. Ni siquiera el verano del que disfrutamos en el Norte podríamos tacharlo de caluroso y con buen tiempo, ya que aquí siempre acaba soplando el viento característico del Norte, capaz de acabar con los planes de playa de cualquier persona, eso si no nos topamos con nuestras típicas tormentas del mes de agosto. Resumiendo, este no es el clima correspondiente a la fecha en la que nos encontramos. Aunque mucha gente disfrute del calor y del buen tiempo que hace, yo creo que este clima tan raro que estamos viviendo es una prueba irrefutable del cambio climático que amenaza con acabar con nuestro mundo. No es normal esta diferencia climática entre años tan próximos entre sí y aunque poco a poco el mes de octubre empiece a volverse más frío y para dentro de unos días estén pronosticadas las primeras grandes tormentas destinadas a acabar parcialmente con las sequías, insisto en que este clima tan extraño de los últimos meses es una señal del cada vez más importante cambio climático que nos acecha.
Claudia María Martís Valle, Avilés
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