Raíces
Todo comienza con una pequeña semilla, la vida de una planta, de un animal, de un ser humano, o de una idea. Al momento las pequeñas raíces se empiezan a esparcir por todos lados, debemos de tener mucho cuidado, donde colocamos la semilla y quien va a ser el jardinero o agricultor que la valla moldeando poco a poco y que utilidad va hacer de ella, esto mismo es lo que está sucediendo en Cataluña, todo comienza con su idioma, puesto que para ser sinceros existe el idioma catalán y eso es muy fácil de demostrar pues cualquier agricultor de Gerona o de Lérida, de Tarragona, o bien de los alrededores de Barcelona, también llamados, payés, o payeses, se entienden a las mil maravillas, este idioma es la semilla, el problema empieza cuando los que hablan este idioma se creen sabedores de todo y únicos propietarios de la zona en la que residen, siendo todos los demás, gentes de segunda.
Se van formando grupos, de gentes más radicales, más extremistas, y si los gobernantes les dan poder, y les van consintiendo, cosas cada vez mayores, esto siempre terminara mal, como estamos viendo en estos momentos, enfrentamientos, disturbios y odios que pueden llegar a males mayores, como ya sucedió una vez, y todos los que la vivieron, dicen que una guerra civil, es lo mas a vergonzante que pueda existir, para un país, vecinos contra vecinos, familiares contra familiares, y al final familias desechas, destruidas por ideales políticos o religiosos que cuando todo comienza, sus líderes, son los primeros en desaparecer.
En Asturias, la semilla está intentando plantarse, llamémoslo " bable", un grupo de personas, recolectan palabras de unas partes y de otras de nuestra región , formando así un dialecto, un idioma como ellos intentan decir e intentan que los niños aprendan en los colegios, la verdad no se su valor, puesto que no les valdrá para nada en el futuro, la demostración como la de los payeses es muy sencilla, si cogemos un anciano de la zona de Luarca y lo sentamos con otro de la zona de Llanes, a conversar, no se enteraran casi de muchas cosas. Todo está perfecto, nuestras tradiciones, nuestros trajes regionales, la tonada, y la forma de hablar de Langreo, de Covadonga, de Cangas de Narcea y ese deje de la zona de Mieres, no debemos perderlas ni olvidarlas.
El miedo que tengo es que estas personas que hoy hablan, dicen hablar, el asturiano se terminen radicalizando y dentro de unos años lleguen a decir que yo, por no hablarlo, no lo soy cuando mis tatarabuelos eran asturianos y mis dos apellidos son también asturianos. Por eso señores políticos, cuidado con las semillas y cuidado con los granjeros, pues quien siembra vientos, recoge tempestades.
Aladino Fuertes Valdés, La Felguera (Langreo)
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