Viólala otra vez
Si por una broma de la mujer me encuentro los zapatos en la nevera y ella, mi mujer, claro, no la nevera, sería demasiado, me dice que tuve que ser yo el que los puse allí, me costaría mucho creerlo, pero no me atrevería a discutírselo. Y es que ya no me fío de mis neuronas.
Por eso, cuando he oído al Íñigo ése invitar a Puigdemont a las elecciones de diciembre, pensé que no sólo mis actos podían desvariar, también mis oídos me podían engañar. De manera que he venido a preguntárselo al sabelotodo y no, mis ojos confirman a mis oídos, aquí está publicado:
El Gobierno recibiría con “agrado” que Puigdemont se presentara a las elecciones del 21 de diciembre.
Pues resulta que ya ha comenzado el diálogo entre el Gobierno de España y el de Cataluña, que se lo pasa, el de Cataluña al de España, se lo pasa porque el de España es lo que es, que lo único que tiene de Gobierno es la ge mayúscula con que se escribe.
Las primeras palabras corresponden al “Gobierno” de España:
Vamos, Carles, te mandamos la invitación. No te eches para atrás. Que no se te arrugue, que aún morcillona puede. Que España ya no tiene himen ni en las orejas y está chupado. Nosotros te la sujetamos. Ánimo, Carles.
Es imposible. Igual que lo de los zapatos en la nevera fue una broma de mi mujer, esto debe ser una broma del Gobierno de España.
Marino Iglesias Pidal, Gijón
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