Pimientos de León, castañas de Lugo
Cuando uno escucha estos días hablar a los responsables de política agraria regional sobre los planes y las inversiones millonarias previstas para el medio rural asturiano, la verdad es que no sabemos si echarnos a llorar o a reír. Y es que resulta cuando menos incomprensible que los altos cargos de la Consejería de Medio Rural, los técnicos, encabezados por la propia consejera, María Jesús Álvarez, y todo su séquito de colaboradores y técnicos de todo tipo, pongan en evidencia su total desconocimiento de la realidad del medio rural asturiano. Cómo se explica, si no, que quienes hoy hablan de incentivar la actividad laboral en los pueblos mediante sustanciosas subvenciones no se den cuenta de que ya no quedan paisanos en ellos, que los pueblos están semivacíos, que la medicina llega demasiado tarde para el enfermo.
Por ejemplo, ¿saben los linces de Medio Rural que cada año, por el mes de octubre, salen de Asturias docenas de autobuses camino de la Feria del Pimiento Morrón , que se celebra en Fresnos de la Vega (León)?, ¿saben los técnicos expertos de Medio Rural que en Asturias tenemos centenares de hectáreas de terrenos extraordinariamente fértiles, en las vegas bañadas por los principales ríos de la región, llenas de matorrales; vegas que podrían estar produciendo toneladas de pimientos, y otras muchas hortalizas sin tener que hacer excursiones para ir a comprarlos a la comunidad vecina?
¿Saben los asesores de la señora consejera que prácticamente todas las castañas que nos encontramos actualmente a la venta en las tiendas y en los grandes centros comerciales asturianos provienen del Bierzo (León) o de la Mariña lucense, mientras que en los montes asturianos centenares de hectáreas de castañedos abandonados y convertidos en selvas inaccesibles, se pierden cada año cientos de toneladas de este fruto que nadie se preocupa de recoger? Alimento exclusivo para los jabalíes.
Yo les pregunto a todos ustedes, que cada mañana se sientan cómodamente en los sillones de sus confortables despachos enmoquetados, frente a un ordenador, a diseñar el futuro del campo asturiano del mañana, si realmente son capaces de creerse ustedes mismos ese futuro
Como prueba de que creen en las ideas que proyectan, para empezar, yo les propongo lo siguiente: Para el próximo año formen ustedes un equipo; y como se supone que conocimientos técnicos no les faltan, alquilen ustedes unas cuantas hectáreas en cualquiera de las muchas vegas abandonadas que tenemos en Asturias y pongan una buena plantación de pimientos morrones, que seguro que sacarán un pastón, y, si les sobra tiempo y sus lumbares se lo permiten, pónganse en contacto con cualquier paisano jubilado de cualquier pueblo de Asturias, que seguro que lo harían muy feliz si le propusieran desbrozarle los matorrales que hoy cubren sus castañedos. A cambio el paisanín, estoy seguro, les regalaría encantado toda la producción de los frutos como pago, seguro que aquí también sacarían una buena rentabilidad.
Luego, como broche final de esta experiencia pionera de la Consejería, podrían celebrar un amagüestu, al que invitarían a la señora consejera, que estoy seguro de que los felicitaría a todos por llevar por una vez en la vida a la práctica lo que sólo han sabido hasta la fecha hacer en pura teoría y sobre cientos de folios de papel, sentados cómodamente en sus despachos. En ese amagüestu también podrían analizar por qué los pimientos y las castañas son rentables en nuestras dos comunidades vecinas, mientras que en Asturias seguimos dando palos de ciego en cómo poner en valor los recursos de nuestra bendita tierra.
Manuel Díaz Estrada
Forcinas (Pravia)
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