Que paguen
Uno no sabe en que quedará todo el tinglado que se han montado el expresidente de Cataluña y sus compañeros/as de gobierno o (según se mire) desgobierno, pero viendo como va todo este asunto, es para ponerse en lo peor. El señor Puigdemont, con su comportamiento de las últimas semanas, en mi opinión, está demostrando ser un tipo con una maldad y astucia de alto nivel. No sé si nuestra Justicia llegará a conseguir hacerle pagar por todo el daño que nos está haciendo a todo el país, pero entre tanto, él sigue haciendo lo que le viene en gana, cobijado en un país europeo y a la vez, por los intríngulis del derecho internacional, que para quienes no tenemos ni idea de cómo funciona, no pasa de ser una madeja enredada que no se ve forma de desenredar.
Yo no sé si habría habido alguna forma legal de haber evitado el que este señor, y quienes le acompañan, se fueran a Bélgica a contar su versión de los hechos a su antojo y manera, pero lo cierto es, que el daño que están haciendo al prestigio de España como nación justa y respetable, creo que habría que haber andado más listos para evitarlo a tiempo. Se echa de menos, según mi opinión, por parte del Gobierno central y del Estado español una contraofensiva a todo lo que el señor Puigdemont está contando en contra de España a los medios de comunicación belgas e internacionales en general. No se puede entender esta sordera y ceguera voluntaria por parte de nuestros gobernantes. Este señor nos calumnia y desprestigia como país, y parece que España está huérfana y sin nadie que la defienda y cuente al mundo la verdad de todo este circo. Ya sé que nuestra Justicia está en ello, pero entretanto, el daño es irreparable.
Duele, como español, ver que haya malnacidos que pretenden dejarnos a la altura de un país tercermundista e irrespetuoso con la Justicia y los derechos humanos; cuando quienes lo dicen son precisamente quienes se están pasando las leyes y la justicia por la entrepierna. Más duele aún, pensar que todo lo malo que nos están haciendo al resto de españoles, además, lo hagan disponiendo del dinero que todos pagamos vía impuestos y que debería ser destinado en beneficio del bienestar de todos los ciudadanos. No estaría de más que alguien evaluara el coste de toda esta “operación charanga” y nos asegurara que estos señores, además de con los años de cárcel que les caigan si son detenidos y juzgados, serán obligados a pagar a la Hacienda pública hasta el último euro de los muchos miles que están despilfarrando a costa de todos los demás.
José Luis Álvarez Lauret, Gijón
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