Feria y turismo
La feria del turismo internacional, Fitur, cerró sus puertas en Madrid tras unos días intensos de exhibición turística, encuentros, charlas, visitas, convenios, espectáculo, rutas, muchas sorpresas y bolsas por doquier. Ifema, la organización ferial, aglutinó en el Campo de las Naciones a más de 225.000 personas, 170 países, con más de 12.000 empresas y 8.500 informadores de medio mundo acreditados. Y todo el perímetro de trabajo alcanzó, como todos los años –éste un poco más–, los 76.000 metros cuadrados de superficie. En los nueve pabellones desplegados desarrollaron su labor unos 64.000 profesionales de la cosa turística. ¡Ahí es nada!
Y Asturias volvió a presentar un recinto práctico y recoleto, donde la esencia de su paisaje, sus osos de reclamo –Yogui y Bubú–, el camino primitivo de Santiago, sus montañas y valles, junto con los sabores y las rutas de la región conformaron un expediente que animaba a los visitantes a acercarse, demandando folletos y sidra a raudales. La marca Zhitos, del Llagar Herminio de Colloto, causó sensación por la calidad y el disfrute organoléptico. Por lo demás, ambiente asturiano por todos los recodos del pequeño pabellón. Políticos, empresarios, hosteleros, hoteleros, deportistas y periodistas dejaron su impronta en este solar de Fitur como reconocimiento a la marca de calidad Paraíso Natural, que sigue dejando huella y llamando poderosamente la atención. Excelente reclamo, sin duda. Muchos primeros ediles regionales del Oriente, Occidente y centro, salvo de las Cuencas. Marcelino Martínez Menéndez, alcalde de Sobrescobio, cumplió por todos. Es una lástima que en esta feria internacional que refleja la industria más sobresaliente del país no se dejen caer, aunque sólo sea para observar, abrazarse y tomar unos pinchos bien elaborados por el chef Sergio Rama. Los políticos de esos entornos carboneros –cada vez menos–, como algunos otros, no creen en el turismo como actividad emergente y garante de comercio. Y los visitantes siguen demandando lo de siempre. Covadonga, los Picos, la gastronomía y ahora un poco de Lastres por eso del catódico doctor Mateo y otro poco de los acantilados llaniscos y riosellanos por la serie de TVE «La señora». De las Ubiñas, Fuentes de Invierno, el Monsacro o Redes, nada de nada. Y ahí deberían estar sus señorías, esos alcaldes o concejales con cuya presencia y ánimo ya servían para promocionar su espacio. En fin, es lo que hay y no puede pedirse más. La directora general de Turismo, Elisa Llaneza, mantuvo el tipo y el estilo con su traje color yerba y olor a pación durante los días feriales. Estaba atractiva y galana, departiendo y lanzando sonrisas a todo próximo. Su mano derecha, Esther Canteli, operativa como siempre, móvil en mano, no dejó cabo suelto para que todo saliera lo mejor posible. Al gerente de la SRT, Jesús Alfaro, lo encontré un tanto ausente. El destino próximo le tenía jugada una mala pasada. Se va del cargo, cuando lo estaba haciendo francamente bien. Los campeones olímpicos de piragüismo, con el presidente de la Federación y su alma máter, Carmen Menéndez, de EFE, se volcaron con todos en ánimo, afabilidad y sencillez. Fotos y saludos como recuerdo de su paso por esta feria de las vanidades. Y en el rincón de la FEPET, la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo, mucho ambiente turístico, deportivo y profesional. Se presentó la revista «Diario de Viajes», con notables crónicas viajeras y estupendos reportajes, uno de ellos, referido a la Ruta del Alba. Varios proyectos y convenios dieron para mucho. Y en esta edición las invitaciones culinarias y vinateras quedaron aparcadas por la crisis. Sólo los bolseros, que gustan recibir de todo, volvieron por sus fueros, inundando la inmensa moqueta del parque ferial. El presidente del Principado, Vicente Álvarez Areces, con su discurso directo y positivo, dejó al turismo regional como salida económica, con un alto PIB, para albergar esperanzas de futuro. Siempre he creído que Asturias, con su portentosa geografía, camina hacia la mitificación del parque jurásico en versión turística. Lo tenemos todo para ofrecérselo al forastero, al visitante, al turista accidental. Qué pena que los viajeros internacionales reduzcan sus visitas por estos lares… Habrá que hacer más promociones allende nuestras fronteras. Y Asturias, en sentido figurado, quedó un tanto engullida por el volcán madrileño y por Galicia. Ambos pabellones estaban cargados de razón publicitaria y plenos de actividades. Y la situación de cercanía sirvió para dejarnos un poco ladeados. Muchos presentes lo señalaron. Xacobeo, termalismo, Xantar, chotis, teatro e historias madrileñas para una feria donde todo se exhibe, sobre todo, viajes y turismo.
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