Oficialidad del asturiano, más vale tarde que nunca
Estamos asistiendo estos días a una escalada de noticias sobre la posible oficialidad de la lengua asturiana en una futura reforma del Estatuto de Autonomía. Respecto a mi posición, quería comentar de inicio que no soy asturfalante y que mi actividad profesional no está relacionada en ningún tema con el ámbito cultural asociado a la llingua.
No soy ningún experto en filología, ni mucho menos un catedrático como parecen serlo muchos de los periodistas y columnistas que opinan de este tema. Tan sólo soy un asturiano de nacimiento, puesto que soy de Mieres, que estuvo viviendo hasta los 18 años en Madrid. Durante aquel periodo de tiempo mi familia y yo visitamos frecuentemente Asturias, principalmente Mieres y Colunga, y una de las cosas que más me llamaban la atención era que la lengua que escuchaba a mis familiares y mis amigos asturianos era diferente de la que utilizaba para comunicarme con mis amigos de la capital. Partiendo de este hecho básico, entiendo que tenemos en Asturias una lengua propia, aparte de que también haya una academia para su regulación, una literatura y una historia documentada de su uso a través de varios siglos.
En base a todo esto, no acabo de entender las resistencias de ciertos sectores sociales asturianos a que el asturiano pueda tener rango de lengua cooficial en España igual que la tienen el gallego, el vasco y el catalán. Se están dando muchos argumentos que no tienen sentido y que me gustaría comentar.
1. Obligatoriedad de su uso: partiendo de la base de que no se debe imponer su uso, la reforma del Estatuto de Autonomía debería recoger el carácter voluntario tanto para su aprendizaje como para su uso en organismos públicos o privados y legislarse en consecuencia.
2. Coste de su implantación: este supuesto coste no debería tener gran impacto en las arcas públicas puesto que ya existe un ley de Uso y Protección del Asturiano (implantado en su día por el Gobierno de Sergio Marqués, del Partido Popular), que ya tiene sus partidas presupuestarias asignadas para educación, toponimia y regulación.
Debemos tener en cuenta también que el cambio de status del asturiano conllevaría tener asimismo partidas de los Presupuestos Generales del Estado destinadas a las lenguas cooficiales de otras comunidades autónomas. Partidas que los asturianos estamos financiando desde hace bastantes años. El argumento del coste es bastante socorrido en algunos sectores muy hostiles con la oficialidad, que no son tan críticos a la hora de valorar el dinero gastado en centros y festivales internacionales de arte y cultura cuyo retorno de inversión es bastante dudoso. Aquí, en Asturias, es irónico que defendamos tanto la cultura globalizadora y critiquemos que se invierta en nuestra propia cultura.
3. ¿Por qué aprender asturiano si lo que importa es saber inglés? Desde luego que hoy por hoy el inglés es básico para el desarrollo profesional, creo que incluso nuestros escolares deberían aprender una segunda lengua como el francés o el alemán. Pero esto no está reñido con aprender asturiano; los alumnos de otras comunidades no tienen ningún impedimento en aprender inglés; es más: los informes PISA indican niveles superiores de conocimiento en esta y otras materias superiores a la media española.
4. La cooficialidad reviviría sentimientos nacionalistas en Asturias. Afortunadamente en Asturias tenemos clara nuestra identidad, la sociedad asturiana ha demostrado su madurez política en contadas ocasiones. En Asturias nunca han arraigado sentimientos nacionalistas y menos independentistas; desde luego, el reconocimiento de la lengua asturiana no cambiaría este factor, y quien lo crea así es que no conoce la realidad asturiana.
Finalmente, pienso que a pesar de determinadas resistencias en algunos sectores conservadores de Asturias, la cooficialidad será realidad más pronto que tarde. Uno de los pasos más importantes para lograrlo lo dieron los propios militantes socialistas, sin ninguna presión, en el pasado congreso de la FSA. Espero que desde el Partido Popular de Asturias, que en su día dio el paso para la aprobación de la ley de Uso y Protección del Asturiano, haga lo mismo que en su día hicieron sus compañeros en Galicia. La sociedad, en definitiva, acabará demandando la cooficialidad de nuestra lengua asturiana porque no tiene sentido dejar desprotegido uno de nuestros más preciados valores culturales y porque nos vendría bien para levantar nuestra autoestima.
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