Con sentido del humor
En el año 2006, el visionario presidente del gobierno José Luis Rodriguez Zapatero fue informado de un estudio internacional que afirmaba: "Los orangutanes, bonobos, gorilas y chimpancés tienen la capacidad de reconocer cuando una persona está equivocada, y ayudarla a tomar la decisión correcta".
Al "presi" se le hicieron los ojos chiribitas y arqueando las cejas, pensó "¡Cojo unos cuantos de éstos, los meto en Cataluña y de una tacada, acabo con sus ansias independentistas de siglos!"
Pensado y hecho. Sin más dilación, propuso en el Congreso la adhesión de España al Proyecto Gran Simio, cuya máxima es: "Los grandes simios (orangutanes, bonobos, gorilas, y chimpancés) tendrán derecho a la vida, a la libertad y a no ser torturados".
El socialista Garrido Peña, mimetizado con la propuesta, comparó entonces a Rodríguez Zapatero con un bonobo, y a Rajoy con un orangután.
Quería traer aquí este precedente para llamar la atención sobre la flagrante injusticia que supone el hecho de que en este grupo animal, tan selecto, no figure Puigdemont, el ex molt honorable president, al que podríamos comparar con un orangután que es, de los grandes simios, con el que menos genes compartimos los humanos, un 96,4%.
Como alternativa, quizás sea más interesante aun, bautizar colectivamente como "puigdemones" a esta nueva familia de simios, con denominación de origen (catalán, por supuesto), integrada por un millón de individuos, entre los que figuran como más relevantes, políticos, periodistas, alcaldes, historiadores, mossos, activistas, TV3, Òmnium y ANC. A que mola.
Por eso del clima tropical, necesario para el esparcimiento en paz, armonía y amor libre, de estas familias primates, propongo solicitar a Francia o Reino Unido la cesión de una de sus colonias africanas, donde ubicar a estos homínidos separatistas y transgresores, eliminado el riesgo de fuga a España.
Facilitarles un hábitat acorde con sus preferencias independentistas, liberarlos ¡por fin! del insufrible corsé españolista y perpetuarlos como especie protegida, para garantizar su vida, su libertad, y no ser torturados en la pérfida España.
En la frontera de su nuevo país, propongo un cartelón cutre, con el nombre de "Llibertad". O mejor, "Visca la República Catalana"
Esa España franquista y antidemocrática que somete, impone, encarcela, castra y tortura se ocuparía, con cargo a los presupuestos generales del Estado, de crear más grupos de activistas, repartidos por todo el país y ciudades más importantes de Osetia y Venezuela, reivindicando que todos los homínidos, especialmente los "puigdemones", compartan derechos básicos, garantizados por la legislación internacional.
También nos prestaríamos a cambiar la historia estudiada durante siglos, para que todo el orbe reconozca como originarios de Cataluña a Hernán Cortés, Santa Teresa de Jesús, Cristóbal Colón, Américo Vespucio, fray Bartolomé de las Casas, Leonardo Da Vinci o Miguel de Cervantes, entre otros.
Abogamos asimismo por ceder edificios estatales para su ocupación. El edificio estrella será un centro psiquiátrico, donde un equipo de profesionales altamente cualificados preste sus servicios en las unidades de enajenación mental, trastorno mental transitorio, sufrimiento de alteraciones en la percepción de la realidad, cuadros sicóticos e incontinencias, en sus distintas fases patológicas
Esta demencia colectiva generada, mantenida y estimulada por los "puigdemones" hará que las próximas navidades sean las más emocionantes y espectaculares de nuestra historia reciente. El día 21, elecciones en Cataluña; el 22, Lotería de Navidad; el 23, Madrid-Barca; el 24, Nochebuena y el 25, Navidad. Casi ná.
Concluyo entonando el ¡Viva España!, de Manolo Escobar, y recordando una frase de Einstein que viene que ni pintada al ex molt honorable president, de pic-nic por Bruselas, en este incipiente y romántico otoño: "Locura es hacer la misma cosa una y otra vez, esperando obtener diferentes resultados". Me parto, Carles.
Rufo Costales, Oviedo
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