Empleo público y privado
En efecto, actualmente se devaluó todo, incluido el funcionariado y lo que representa. ¿Por qué los gestores públicos miran más por lo público que por privado? Tenía un sentido de responsabilidad, ahora se perdió: El empleo público se interpretaba en cantidad y calidad para dar cobertura a nuestro estado de Derecho y de bienestar. En él podrán concurrir en oposición pública y abierta, todos los ciudadanos en las condiciones y preparación que el puesto en cuestión requiere, ahora, no; los políticos se dedicaron a crear un funcionariado paralelo, donde se colocan ellos y sus enchufados, en empresas y tugurios sin más fin que apalancarse ellos y sus familiares. Así no podemos encontrar con que: faltan médicos, profesores, policías, trabajadores sociales, etcétera. Y sin embargo, en boca del representante del CSIF, aunque no haría falta que nadie nos lo dijera "los cargos públicos de libre designación se dispara sin freno", luego no hay quien los eche, se van quedando sin más mérito que el dedo del amiguete o familiar político.
En vez de guarderías, residencias decentes para los mayores, trabajadoras sociales, médicos o funcionarios que realicen labores por la comunidad y faciliten la vida de la colectividad... crean para ellos garitos, empresas, organismos, asesorías, conserjerías, delegaciones, consultorías, etc., que sólo añaden duplicidades sin más; para enclaustrarse ellos con grandes sueldos y prebendas hasta más allá de la edad que consienten a médicos de prestigio, y sin que tengan que pasar por la urnas. Con ellos, sus enchufados. Eso, es lo que hace que un político defienda, no al empleo público por encima del privado; es que defiende su mamandurria, y ahí reside la comparación que llama la atención.
Todo político, y todos nosotros, debemos defender a nuestros funcionarios, a los que cumplen (al resto despedirlos, sin más) de lo contrario estaremos haciéndonos un flaco a favor a todos. Y eso no representa que lo privado esté en desventaja -que lo está- si el empresario es un canalla de los que vemos actualmente, donde compiten en listas de más ricos, paraísos fiscales y tienen a sus trabajadores cómo esclavos, con sueldos de miseria.
¡Todo esto tiene un límite! Además de innecesarios, nuestros políticos son unos irresponsables y caraduras: expliquen a los pensionistas, parados, viudas y los salarios que no dan para llegar a fin de mes, esa subida salarial del 1,75% que sin ser decente para nadie, es deshonesto y pornográfico aplicársela a ustedes, y sin embargo a los pensionistas les suben 0,25% ¿Cómo nos lo cuentan sin que nos sintamos idiotas?
Cuando una empresa privada se cierra, sobre todo si son pocos trabajadores, no hay alcalde y presidente del gobierno que le preocupe. Un poquito lo harán si tiene más de 100 trabajadores. ¿Son distintos los trabajadores de una empresa privada que tenga dos trabajadores a los de una empresa privada que tenga noventa? Bueno, amigo mío, creo que sí. Al mismo tiempo que digo eso, la Administración no debe abandonar a esos dos trabajadores, debe crearse el marco y los resortes necesarios para que un país cómo éste, donde los golfos y los ricos campan a sus anchas por paraísos fiscales, amnistías y demás, exigir a nuestros políticos que nadie se sienta abandonado a sus suerte, y que todos tengan la protección, apoyo y ayuda suficiente que dignifiquen su cargo de servir, en vez de servirse.
Los funcionarios son necesarios, los cargos públicos relacionados al enchufismo de nuestros consentidos políticos ¡no!
Lo público sólo se entiende si están los necesarios y pertinentes. Lo privado es negocio de quien lo explota, aunque los trabajadores deben tener la misma consideración que los públicos en derechos laborales.
Querer enfrentar a trabajadores públicos con privados no es del todo correcto. Tenemos que tener claro que elegir a los mejores funcionarios es la garantía de un mejor sistema garantista de derechos y protección social. Las plazas a funcionario son abiertas a concurso; todos pueden acudir a ellas con los condicionantes y preparación exigidos; y por supuesto no todos pueden por capacidad superar esas oposiciones.
José Viñas García, Oviedo
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