La sonrisa femenina de Dios
Dicen que los visionarios somos gente peligrosa, porque vamos más allá de lo prudente y contrastable. Las hipótesis científicas siempre son imaginativas, pero la ciencia no va más allá de los hechos contrastados.
La representación en un gráfico velocidad/ espacio del movimiento de un péndulo ideal da una circunferencia; pero si el péndulo es real, y como toda realidad degenerativo, da una espiral. Si cortan la manzana de Newton o el campo magnético de la Tierra verían la sección de un toroide. Ahora sean imaginativos, construyan una circunferencia con ejes ortogonales, acorten el semieje horizontal derecho tanto como puedan y alarguen el izquierdo tanto como imaginen (el eje vertical sería mínimo). Hagan girar al ovoide por el extremo corto y verían que se formaría un toroide oval sin radio alguno de giro. ¿Podría esta figura hacernos imaginar la evolución del universo? Imaginen a continuación una circunferencia que, a partir del punto central del toroide, comienza a expandirse por su superficie creciendo hacia arriba. Vemos que, en relación con este movimiento, el eje ortogonal horizontal del ovoide generó un plano horizontal que divide al toroide en una parte superior expansiva (donde la circunferencia se expande) y una parte contractiva inferior; mientras que el eje vertical ortogonal generó un cilindro que divide al toroide en dos zonas: la zona interior ascendente (donde el movimiento de la circunferencia asciende) y la zona exterior descendente. Las transformaciones dentro de ese cilindro representan la temporalidad inflacionaria (verticalidad ascendente) mientras que las de afuera del cilindro representan la temporalidad evolutiva (verticalidad descendente). El tiempo fluye siempre en el sentido de los cambios, pero con esta representación, y en relación con el movimiento de la circunferencia, podemos verlo como ascendente o descendente. La temporalidad ascendente (desde el centro del toroide hasta su límite superior) representa los (10 elevado a menos 34) segundos del Big Bang. Luego en la parte evolutiva del universo la circunferencia se expande hasta el máximo valor, cuando comenzará a contraerse traspasando el plano horizontal hasta alcanzar el extremo inferior del toroide. Momento en el que entrará en la zona ascendente para el Big Crunch y, desde el centro del toroide, comenzar un nuevo Big Bang. La paradoja de la temporalidad vertical está en que, la parte inflacionaria del interior del cilindro, es observada como algo infinitesimal (micro instante) desde la temporalidad de fuera del cilindro que es de millardos de años. Es decir: la zona inflacionaria (transitorio desde un viejo a un nuevo universo) posee una temporalidad excesivamente corta y una velocidad enorme e inflacionaria, frente a la temporalidad excesivamente alargada de la zona evolutiva. Esta paradoja resulta consecuente con la teoría de la relatividad entre velocidad y tiempo. Si la creación cíclica de universos es degenerativa (como en el péndulo real o en toda realidad) los múltiples universos recorrerían una espiral en la que han sido grandes y serían cada vez menores. Si fuera cosmólogo, intentaría ver si esta fantasía podría ser un modelo de algo real. Como no lo soy, me limito a imaginar la sonrisa femenina de Dios y a especular sobre: ¿adónde podría ir lo que desaparece en cada ciclo de un universo que termina, y qué papel jugaría durante este enorme proceso: degenerativo, evolutivo, e imaginado?
Carlos Muñiz Cueto, Gijón
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