¿Puño en alto?
Desde que hace casi treinta y cinco años Felipe González, en un encuentro con periodistas, manifestase que Asturias “necesita adaptarse a una civilización", el PSOE no ha cejado en su intento de acabar con el carbón, ni abandonado la hoja de ruta que lleva al paro, hoy en día, a cientos de asturianos.
Cientos que cuando el líder del por aquel entonces partido del Gobierno y con una mayoría aplastante se podían contar por miles.
El PSOE, desde entonces, ha sido implacable. Llegó el fin del felipismo y, con él, el primer plan de la minería con ayudas. Tras un breve lapso y una crisis interna, Almunia. El candidato socialista a las elecciones del 2000, además de pasar a la historia por conseguir uno de los peores resultados del socialismo español, lo hizo por ser el comisario europeo que, junto con otro insigne socialista de infausto recuerdo, José Luis Rodríguez Zapatero, acordó el cierre de minas españolas para 2018; y no sólo eso, sino que se encargaron bien de que no se les ocurriera salir a flote. No sólo tenían que cerrar, sino que, además, en el caso de sobrevivir alguna, tendría que devolver las ayudas recibidas. Es decir, a las que sobrevivan las castigo.
Pero antes del cierre pactado con Almunia, Zapatero, como lobo cuidando el rebaño, prometía y prometía, pero, con la necesaria connivencia de la sindicatos de Villa y compañía, se olvidaba siempre de ingresar el dinero.
Como publicó LA NUEVA ESPAÑA el 15 de noviembre de 2014, el Gobierno del PSOE consignó 8.052 millones de euros, pero “sólo” ingresó 4.538, dejando por el camino 3.500 millones, el equivalente a siete tramos de autopista entre La Espina y Cangas del Narcea.
Y se fue Zapatero, no sin que antes otro socialista como era Miguel Sebastián, ministro de Industria, propusiera un cierre de minas en 2018, sin fondos mineros, como también publicaba la Nueva España el 29 de mayo de 2011. Ante esa estrategia, los sindicatos, más que oponerse, pretendían que el Partido Popular fuera responsable.
Pues llegó el Partido Popular y no sólo siguió habiendo fondos mineros, sino que se trabajó por revertir la situación de muerte anunciada en la que nos dejó el PSOE cada vez que tuvo mando en plaza. Negociaciones con Bruselas e intentos de buscar una solución para que las empresas no cierren en 2018 a pesar de haber recibido ayudas públicas, que se pueden ir al traste por un socialismo bipolar.
El Partido Popular defendió en su último congreso nacional la importancia del carbón nacional dentro del mix energético, mientras que en el último del PSOE, se aprobó la descarbonificación. Luego vienen Barbón y Adriana Lastra y fingen ofenderse.
Los defensores del carbón, pero sólo desde la oposición, y del puño en alto en Rodiezmo, son los verdugos de los mineros y sus familias. Y parece ser que algunos, sin remordimientos ni intención de dimitir como presidente de ACOM. Adrián Barbón no parece querer renunciar a su papel de lobo cuidando las ovejas, ni tampoco que sus compañeros de partido y miembros de la Asociación de Comarcas Mineras se lo vayan a exigir.
Se veía venir, y no será por no estar avisados. Hace treinta y cinco años Felipe González indicó el camino, Almunia y Zapatero dieron el primer paso en serio y el PSOE de Pedro Sánchez, Adriana Lastra y Adrián Barbón se encargan de asegurar que se llega al destino de acabar con el carbón.
Manuel Menéndez Martínez
Cangas del Narcea
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo