Profesionalidad con cariño
Mi hermana y yo hemos tenido a nuestra madre ingresada durante más de un mes en el Hospital Fundación Adaro de Sama de Langreo y fue derivada allí desde el Hospital Álvarez Buylla de Mieres, tras haber superado un ictus a sus 87 años. Ya nos habían comentado amigos y familiares que era uno de los mejores sitios para la rehabilitación de las secuelas que deja esta enfermedad. Y la verdad es que no tenemos más que palabras de agradecimiento para todos los profesionales de la sanidad que trabajan en este hospital. Y es que cuando las cosas se realizan con profesionalidad y además las haces con cariño, muchos factores juegan a favor de la recuperación del paciente y de la tranquilidad de su familia. Gracias, doctora Salmerón, por estar siempre pendiente de absolutamente todo: la medicación, los análisis necesarios y los adicionales para tener una total seguridad, por evaluar día a día el progreso en la rehabilitación de nuestra madre, ya fuese desde su habitación o desde el gimnasio.
Gracias también al equipo de fisioterapeutas por su trabajo y su ayuda en la motivación del enfermo; y por supuesto, muchísimas gracias al equipo humano de enfermeras y una mención de agradecimiento muy especial para todas/os los auxiliares de enfermería que hacen esa labor tan cercana al paciente y de tantas horas diarias dedicadas a, con todo cariño, cambiar los pañales tantas veces al día como lo necesitase y, si era preciso ducharla, el vestido y el lavado y, peinado diarios, acostarla y levantarla cuantas veces fuese preciso. En fin, todo cuanto precisaba para su comodidad. Si a todo esto unimos limpieza, una buena y variada comida... y una zona exterior ajardinada donde en días de buen tiempo y con silla de ruedas poder sacar a mi madre a pasear, todo ello ha contribuido a su notoria recuperación a pesar de sus 87 años, y que para nosotros todo fuese más lIevadero, pues son momentos en que agradeces el doble cada detalle.
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