Contra la despoblación, empresas
Realmente el problema de la despoblación en las zonas rurales de Asturias es grave. El 22% de los 78 concejos asturianos tiene menos de 1.000 habitantes. Son muchos los estudios que realizan los expertos en la materia para resolver este asunto. Todos van en el sentido de mucho papeleo y burocracia: deducciones en el Impuesto de Actividades Económicas, bonificaciones a la contratación en municipios pequeños, bonificar a los residentes en el medio rural, concesión de créditos blandos, subvencionar compras de viviendas, calidad en la conexiones de móviles y de internet, ayudas especiales a la natalidad, guarderías, acceso a los servicios públicos....
Yo creo que esto es muy costoso, puesto que la Administración tendrá que actuar en mucho frentes, con lo que esto lleva de burocracia y más políticos controladores.
Si tenemos en cuenta que quien crea empleo son las empresas privadas y que ser empresario es el oficio más difícil, cosa que los socialistas de todos los partidos y no digamos los sindicatos, no tienen en cuenta, pues no extraña que nadie quiera arriesgar. Es difícil porque tienen que estar en muchos frentes, como producir, vender y sobre todo cobrar, pagar nóminas, seguros sociales, impuestos, hacer frente a los requerimientos de las diversas administraciones, prevención de riesgos laborales, de seguridad e higiene...; en fin, que tenemos que valorar, admirar esta labor. Pues bien, mi propuesta va en el sentido de que los empresarios que establezcan su empresa en las alas de la región cobren una subvención mensual directa y proporcional a los empleos creados para incentivar que haya grandes empresas, pues pagan mejores salarios, forman de manera continua a sus trabajadores y crean industria auxiliar.
Con estas empresas y sus trabajadores ya vienen las guarderías, natalidad y servicios públicos. No me explico nuestra propensión a complicar las cosas y entrar en un mundo de muchas y complejas subvenciones. Quizá sea por la educación estatista impuesta y que los políticos quieren poner sus manos en todo lo que se mueve.
Tengo que reconocer que el Principado hizo una buena labor en la construcción de polígonos industriales en todas las zonas de Asturias. En Oriente hay en Cangas de Onís, tres en Llanes, Ribadesella y Caravia. En el Occidente, dos en Cangas del Narcea, Castropol, dos en Coaña, El Franco, dos en Navia, dos en Salas, San Tirso de Abres, Tapia de Casariego, Tineo y Valdés. En la zona Sur, en Caborana (Aller), Laviana, tres en Pola de Lena y en Parres.
Lo que hace falta ahora son empresarios, que en Asturias no los hay porque quedamos contagiados del pernicioso ambiente creado por las grandes empresas públicas. Entonces habrá que ayudar de una manera clara y sencilla a los empresarios que se establezcan en las alas, que seguro que la mayoría serán de fuera de Asturias.
La consultora Barceló y Asociados hizo un estudio en el que estima que para que Asturias tenga las mismas empresas que Galicia por cada 10.000 personas, se tienen que crear aquí 3.000 empresas, de esta forma seguro que se incrementan los salarios y disminuye la precariedad.
Estamos acostumbrados a acciones de “discriminación positiva” en muchos temas sociales. Pues vamos a hacer lo mismo con los empresarios de las alas. No lo veo tan difícil, habrá que recortar partidas del gasto público superfluo –que me da la sensación de que todos sabemos dónde está– para compensar estas subvenciones, pero no se preocupen, señores del gasto público, que con el crecimiento y dinamismo que estas inversiones generan, habrá posteriormente función pública en estas zonas ahora degradadas.
José Clemente Fernández González, Gijón
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