Sesión continua
Estoy a punto, lo que se dice a puntito, de echarme a llorar. La cosa no es para menos con las cartas, que el ex vicepresidente de la Generalitat, Oriol Junqueras, le envía desde el trullo al diario británico 'The Times'. En ella (de momento es una, ya tendrá tiempo, el fulano, de escribir más) relata cómo pasa los días en la madrileña cárcel de Estremera: "Dedico mi tiempo a la reflexión y, afortunadamente, como católico, a la oración", amén. Pero ojo con lo que dice después: "Tengo tiempo para pensar en el pasado pero también en el futuro". Lagarto, lagarto. Este nos da el turrón y las uvas y hasta las campanadas Fin de Año si no cortamos, a tiempo, el cable de conexión con la antena de la tele. ¿Y si hay 'poltergeist' y sigue emitiendo, por el canal TV3 internacional? Me temo lo peor. 'La naranja mecánica' de Stanley Kubrick en sesión continua catalana (subtitulada).
A mí, de toda esta pantomima independentista hay dos personajes que me caen la mar de simpáticos. El insolente Gabriel Rufián y la siempre cándida Marta Rovira, que tiene el privilegio o la gran fortuna de vivir en el país de las maravillas. Para gustos hay colores, qué le vamos a hacer. De la política ya solo espero que, al menos, me haga reír. Y Rufián lo consigue, no se le puede restar mérito al muchacho de las esposas y las impresoras, porque pone mucho empeño, se esfuerza, y es de agradecer. Siempre he sentido una profunda admiración por quien es capaz de mostrar en todo momento una sonrisa franca y verdadera, quizá porque a mí no se me dé bien reír, desde que oí que produce arrugas. La presidenta de la Cámara Baja, Ana Pastor, de perfil inquietante y sonrisa inexistente, le ha llamado al orden innumerables veces y ha citado al muchacho en su despacho para recordarle que en el hemiciclo debe mantener las formas. Pero nada habla de los contenidos. Rufián puede ser expulsado por mostrarse irrespetuoso con sus pulcras señorías.
Los exconsellers y 'los Jordis' se encuentran encarcelados ¿Quién los desencarcelará?. Al grito de "libertad presos políticos" y "faltan los presos no estamos todos", los independentistas, acompañados de los indefinidos han recorrido con pancartas las calles de Mallorca y Barcelona. Iban tanto los representantes de los partidos burgueses como los del proletariado juntos, pero no revueltos, defendiendo todos a la casta común. ¿No eran los indefinidos de Podemos en un principio contrarios a la caspa de la casta? Siempre he defendido que un rico no puede ser de izquierdas. Para ello, debería renunciar a su fortuna. Y además a los críos de hoy día les han educado en el confort. He desplegado en la ventana de casa mi propia pancarta en la que reivindico la inmediata liberación de los presos comunes, los del tirón y el jamón a lo Eleuterio Sánchez (El Lute).
Aunque duró menos en la cárcel que lo que duraría el mago de la risa, Chiquito de la Calzada, en una boutique de camisas sencillas y tradicionales, el cariacontecido expresidente madrileño, Ignacio González, no salió nada risueño de su corta y menguada estancia en prisión. ¿Qué le ocurre a Ignacio? En 'Cadena Perpetua', la película carcelaria dirigida por Frank Darabont, el protagonista defiende que nunca hay que perder la esperanza, después atravesó un río de mierda y salió limpio del otro lado. Zihuatanejo. Está en México. Es un pequeño lugar en el Oceano Pacífico. ¿Está cerca México de Colombia? A los dos países les baña el Pacífico y al segundo también el Canal de Isabel II, que fue donde Ignacio González escondió una fortuna de más de mil millones de las antiguas pesetas. Enriqueciendo injustamente a determinadas personas y provocando (en solo una de las operaciones) una lesión al patrimonio público madrileño de 25 millones de dólares aproximadamente. Nada, una ganga.
Luis Ángel Gil Urbón, Gijón
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