Recuerdo de Martin Luther King a propósito de la educación concertada
Aún resuenan en mis oídos las palabras de King en aquel 1963: «¡Hoy tengo un sueño! … ¡Hoy tengo un sueño!... ¡Hoy tengo un sueño!». Cuando vi el discurso veinte años después de aquel 28 de agosto sentí la misma magia que sintió el mundo aquel día. Han pasado ya muchos años desde entonces y aún me conmueve. Como King entonces, ahora también tengo cuatro hijos y como King entonces ahora anhelo para ellos que nada los margine, que los valles sean cumbres, y las colinas y montañas sean llanos, y que repique la libertad para ellos.
Mi anhelo es especial, porque, además, uno de mis hijos nació enfermo y su enfermedad precisa de una intervención educativa especial. Todos los padres que tienen un hijo así dirán que el niño es el alma de la casa, el ángel de la familia, pero inmediatamente también dirán lo importante que es encontrar un colegio adecuado para las necesidades del niño. Yo, como los demás, me dejé guiar y encontré un colegio que era y es concertado. Qué decir de ellos, se desviven por el niño, están pendientes, lo tratan con cariño, se esfuerzan por alcanzar la igualdad entre todos los alumnos, ¿qué padre renunciaría a llevar a su hijo a ese colegio?
«¡Hoy tengo un sueño!».... «Sueño que un día esta nación se levantará y vivirá el verdadero significado de su credo: que todos los hombres son creados iguales»... ¿Se equivocaba King?, ¿sus palabras fueron dichas en vano? Todos estos años que han pasado, todas estas vivencias, todas estas personas que conocí que me ayudan con mi hijo, ¿también se equivocan?
Mi preocupación viene porque el Principado de Asturias no incrementa las subvenciones a la educación concertada (a pesar de que gasta menos por niño concertado del que gasta en la educación pública), de tal forma que los primeros afectados son los niños con necesidades especiales, ¿es que estos niños no merecen la atención de nuestros gobernantes?, ¿es que si se necesita ajustar los Presupuestos son los más desfavorecidos los que lo sufren? Si tu hijo ya no puede recibir la atención que recibía, si la plantilla es escasa para atender sus necesidades (ya no es tratado con los mismos medios), por lo tanto su futuro (ya difícil por su enfermedad) se ve aún más comprometido…, ¿qué crees que sentirías tú?
No me queda más que, recordando de nuevo las palabras de Martin Luther King, proclamar:
¡Yo también tengo un sueño hoy!, sueño que un día todos seremos tratados con igualdad, respeto y tolerancia.
¡Yo también tengo un sueño hoy!, sueño que los gobiernos lucharán por el bienestar de todos, independientemente de su religión, de su credo o de su raza.
¡Yo también tengo un sueño hoy!, sueño que los padres podremos elegir la mejor educación para nuestros hijos, aunque sea en un colegio concertado.
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