Malacostumbrados al secano
Se puede hablar y discutir acerca de los motivos por los que, en pleno mes de noviembre, nuestro país está registrando precipitaciones muy por debajo de lo esperable en esta época del año. Todos podemos ser meteorólogos por un día y hacer conjeturas desde la comodidad de nuestros hogares, pero al final el porqué importa poco. El problema se conoce, sean cuales sean los motivos. Y, pese a que los medios de comunicación generalistas han tratado el asunto, cabe preguntarse si con eso es suficiente.
Nuestro país atraviesa la peor sequía de los últimos veinte años y, salvo en los sectores directamente afectados, no se percibe que la cuestión se esté tratando con la gravedad que se merece. ¿Hasta cuándo se va a esperar para concienciar realmente a la población? ¿Cuándo se comenzarán a tomar medidas reales? La agenda mediática y política no parece tener espacio para un problema que pueda derivar en graves consecuencias, que no sólo afectan a quienes dependen directamente de que llueva en los campos, sino que puede tener repercusiones reales en el grueso de la población.
Y, sin embargo, la sequía no es tendencia, no abre informativos, no copa las primeras páginas y no ha desencadenado campañas de sensibilización. Es un tema que se está tratando de una forma excesivamente superficial y que, lamentablemente, no obtendrá la atención necesaria hasta que las consecuencias llamen a la puerta de nuestras casas.
Sergio Zamora Alfonso, Madrid
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