Prohibido pensar en clase
El pasado 16 de noviembre se celebró el “Día mundial de la filosofía”, y hace ya algo más de un par de años que la LOMCE marginó esta asignatura en las aulas españolas. Yo no soy experto en la materia, pero en mis días de estudiante sí tuve la suerte de disfrutar con esta asignatura. No paro de oír voces que afirman con rotundidad que la filosofía aporta poco a estudiantes tan jóvenes, que es una materia densa, difícil de aprender y poco interesante para unos chavales que se pasan el día en Instagram. Si me preguntan a mí, diré que la solución no pasa, ni mucho menos, por reducir a la mínima expresión en las aulas una materia que sirve para desarrollar el pensamiento crítico de las personas, nada menos. Lo que hace falta es adaptar las asignaturas, hacerlas apetecibles, mostrar su utilidad real. Para eso son necesarios buenos planes de estudios y buenos profesores. Lo que no hay, parece, es voluntad para conseguirlo. O, precisamente, miedo a conseguirlo, quién sabe... Si de quien dependen estas cuestiones prefiere “fabricar” robots de carne y hueso, serviles, manejables y que no hagan demasiadas preguntas, entonces no es de extrañar que se tomase esta decisión y que, de momento, no se vaya a cambiar.
Sergio Zamora Alfonso, Madrid
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