A los lagareros
Estimados lagareros:
Como asturiano de pura cepa, consumidor habitual de nuestra bebida por excelencia, me es imposible reprimir una dura (ácida si lo prefieren) crítica hacia ustedes, y es que considero intolerable que un colectivo como el suyo, que vive del zumo fermentado de la manzana, se permita desperdiciar miles o millones de toneladas de manzana autóctona. Señores, son ustedes quienes se quejaron amargamente hace décadas de la escasez de manzana asturiana, escasez de la que discrepaba entonces y por supuesto sigo discrepando. La tozuda realidad me da la razón, lo que hubo y habrá a no tardar mucho, es abandono de las pomaradas, porque si ustedes viven de la sidra, no es menos cierto que los productores de manzana cuidan de unos árboles con el fin de poder vivir de dicha producción, o sino para que contribuya como parte de la renta de sus trabajos. Las pomaradas se perdieron hace años porque bajó la demanda de sidra, y subió la de otras bebidas; los manzanos dejaron de cuidarse y la producción se redujo al necesario. Cuando resurgió la cultura de la sidra, ustedes pusieron el grito en el cielo y acudieron al Principado, con el fin de fomentar la plantación de manzanos en fincas, escombreras y prados; se volvió a consolidar una producción, que contó con la vecería, pero que no es menos cierto que en algunas plantaciones se está consiguiendo eliminar. Ahora se vuelve a conseguir una producción importante, pero ustedes, quienes mueven el negocio, quienes dicen lo que tenemos que pagar por la sidra, quienes dicen lo que cuesta el kg de manzana en Asturias, quienes ponen la reglas para su recogida, quienes desprecian al consumidor final y al productor inicial, permitiendo que toneladas de manzana de primera calidad, sirvan de abono, son los que el día mañana, cuando la demanda descienda, volverán a clamar al Principado por una ayuda para conseguir una producción de D.O.P. Espero no verlo, porque el desprecio que ustedes están mostrando hacia el producto autóctono, único válido para ese sello, según mi idiosincrasia, es tarjeta de presentación suficiente para darles con la puerta en las narices. Parece mentira que siendo lagareros se hayan olvidado del dicho: "La muyer y la manzana ha de ser asturiana". Ustedes que empezaron por contar con químicos, enólogos, barricas de acero, parecen haberse olvidado del principio de un buen lagarero, la materia prima. Extrapolemos su caso a otros productos netamente asturianos: ¿se imaginan ustedes a los chacineros de Noreña o Tineo vendiendo un "choscu" elaborado a base de lomo de búfalo y lengua de canguro?, o quizás ¿casadielles a base de pistacho y altramuces con xtabentún? el no va más sería elaborar un pote reemplazando "fabes y berces" por nabos y espinacas, el compango podría ser fuet, salami y morcilla de arroz ¿por qué no?, le ponen el nombre y alguno tragará... ¿o no?. Se que suena ridículo, pero no crean ustedes que lo que están haciendo dista mucho del disparate al que acabo de hacer alusión. Ustedes se ríen de la sidra, no la aprecian, valoran sacar una producción, si puede ser inmensa, mejor que mayor, prima la producción sobre la calidad, eso lo ve cualquiera que se pase por ciertas sidrerías, donde da igual "puxarra" que "champán", se permiten el lujo de vendernos una bebida que denominan sidra, cuando se trata de un líquido que ni espalma, ni pega, ni huele, y que para colmo de los males tiene "tastu".
Ya es muy tarde para arreglarlo, y a buen seguro que volverán a tropezar con la misma piedra, pero la gente no es tonta, como mucho dóciles, pero quienes tenemos a mano la posibilidad de elaborar unos litros para consumo propio, haremos lo propio con esas manzanas que ustedes desprecian y que a nosotros nos servirán para decir con orgullo: "ESTO SÍ YE SIDRA CON DENOMINACI"N DE ORIGEN".
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