¡Ojalá vean la luz y acierten!
Según todas las encuestas sobre resultados electorales en Cataluña, volverán a ganar los partidos montaraces y separatistas, con lo cual, se podría decir que con el 155 y la convocatoria de elecciones hemos hecho como suele decirse, "un pan como unas hostias". Es decir: no habrá servido de nada, y además habremos despilfarrado una tacada de euros en unas elecciones que nos llevarán al mismísimo punto de partida.
Uno no tiene ni puñetera idea de que es lo que habría que hacer, pero está visto que lo que se está haciendo es perder el tiempo y el dinero. El señor Puigdemont sigue en Bélgica pegándose la gran vida a costa, en mi opinión, de nuestros sacrificados impuestos, y además aprovechando todas las oportunidades que se le presentan para vender la imagen de ser víctima de la política y el mal hacer de un país opresor que le obliga a estar "exiliado", como un huido de las injusticias de un régimen dictatorial en el que nada se puede decir ni hacer contrario a lo que considere lícito su gobierno.
Esto es de locos, ¿quién se tiró al monte, no fueron él y todos los que se creyeron sus promesas y estupideces sin respetar leyes y normativas establecidas y aprobadas en el Parlamento nacional? Cuesta creer lo que está pasando. En mi opinión, los motivos que este señor y sus seguidores alegan para armar la que están armando, podríamos alegarlos los ciudadanos de cualquier otra de las autonomías de este país, y seguramente con bastantes más motivos que los de Cataluña, y no lo hacemos. Somos conscientes del sacrificio y los muchos años de dictadura y penurias de todo tipo que costó llegar a conseguir lo que hoy tenemos, y aún a sabiendas de que habría muchas cosas que cambiar y mejorar, pretendemos ser razonables y no confundir el deseo con la realidad. Sabemos que si miramos hacia delante siempre nos sentiremos insatisfechos viendo que alguien va por delante de nosotros, pero si miramos hacia atrás, vemos que son multitud los que a duras penas puede seguir nuestro ritmo, y ello nos lleva a reflexionar y tratar en lo posible de ser solidarios y a pensar que si en algo cedemos derechos a favor de otros, es gracias a que precisamente son otros los que están haciendo lo mismo a favor nuestro.
Los ciudadanos catalanes tienen por delante fijado en la fecha del 21D la posibilidad de cambiar la situación y volver al carril del raciocinio y la verdad, dejando atrás el camino de la fantasía, la mentira y el disparate. ¡Ojalá vean la luz y acierten!
José Luis Álvarez Lauret
Gijón
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