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El Ayuntamiento de Siero y el muro de la iglesia de San Pedro

27 de Febrero del 2010 - José Benigno Valentín Martínez Fuego (Marcenado (Siero))

La apertura del paso existente entre la plaza de la iglesia de San Pedro, en Pola de Siero, y la plaza de la Libertad, cerrado a los peatones con una valla instalada por las autoridades eclesiásticas, para preservar los derechos de la parroquia propietaria de unos terrenos y pedir al Ayuntamiento una compensación por ceder parte de su superficie para uso público.

El conflicto que viven en los últimos días Ayuntamiento y la parroquia es fruto de la larga espera a un acuerdo en las negociaciones que se están desarrollando para una resolución del paso, y los vecinos de las calles Celleruelo, Ildefonso Sánchez del Río y Ería del Hospital, que confluyen en la plaza de la Libertad, cuya conexión con la plaza de la iglesia está cortada, y como parece no estar dispuestos a más retrasos, mientras Consistorio y la parroquia continúan con sus negociaciones, un grupo de vecinos acentuaron su desesperación derribando la valla que separa las dos plazas. La respuesta no se haría esperar y un grupo de feligreses volvieron a colocar la polémica valla untándola con grasa para evitar otro derribo.

No voy a entrar en quién de las dos instituciones tiene la razón en este conflicto que envuelve al Ayuntamiento y la parroquia, pero desde luego es un interrogante oportuno para poder acotar el origen del problema.

En enero de 2004, la parroquia de San Pedro de Pola de Siero presentaba una denuncia por el derribo sin autorización del muro lateral que protege la iglesia de la villa. La eliminación de un trozo de este muro formaba parte de un acuerdo verbal entre el Ayuntamiento de Siero y la Iglesia para comunicar las calles Ería del Hospital y Celleruelo, pero nada aún se había concretado por escrito.

La por aquel entonces concejala delegada de Urbanismo de Siero, Marta Pulgar, trasladó al lugar a la Policía urbanística para que tomara fotografías y poder investigar lo sucedido. Pulgar aclaró que la orden de derribo del muro no partió del Ayuntamiento de Siero, «no sabemos lo que pasó», dijo, y apuntó incluso la posibilidad de que haya que reconstruirlo de nuevo para evitar conflictos no deseados con la Iglesia, y se mostraba muy preocupada por el hecho de que este incidente pudiera retrasar la ejecución de este bloque de edificios en esta zona cuya disposición daría lugar a la primera plaza porticada de la localidad, proyecto intachable, como es comunicar dos zonas céntricas y aisladas de la Pola a través de ese paso peatonal. Sabedores de que en caso de una oposición de la Iglesia siempre les quedaría el recurso de la expropiación forzosa, pero eso supondría un elevado coste económico para el Ayuntamiento, además de un retraso considerable.

Pero, curiosamente, ahora en Siero la delegación de las competencias en materia urbanística están otorgadas a favor de Julio Carretero, que consiente por «conveniencia» levantar ese bloque de edificios ubicado en la plaza de la Libertad, sin un acuerdo en las negociaciones a cambio de permitir un paso peatonal entre las plazas de la Libertad y Párroco Galán, el que ahora demandan los vecinos, el detonante de este conflicto entre el Consistorio y la parroquia que ha causado malestar e indignación en el municipio.

Señor Carretero, la escalera ha de barrerse empezando por arriba. Ese muro de la iglesia de San Pedro de Pola de Siero no lo levanta la parroquia, lo levantaron los mismos que ahora arremeten contra él y quieren derribarlo, el equipo de gobierno municipal de Siero, permitiendo el desarrollo del proyecto sin estar presidido por el axioma del mayor consenso posible.

Existen algunas incógnitas que el ciudadano común corre el riesgo de no comprender del todo: por qué se ha llegado hasta este extremo, seis años de negociaciones sin lograr acuerdo no es para recibir loas por su gestión y muestra hasta qué punto es necesario un cambio en la línea política de esta localidad, donde en vez de planificar antes de construir dejamos levantar bloques de edificios, nos dedicamos a resolver los problemas inmediatos y nos olvidamos de la globalización. Surge un problema puntual, una plataforma, unas quejas vecinales y así nos enfrentamos a los problemas, esto me hace recordar una cita célebre del genial Groucho Marx: «la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar un remedio equivocado».

Benigno Martínez Fuego

Marcenado (Siero)

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