En defensa de la Sanidad
Al Área de Gestión Clínica del Corazón: En la madrugada del día 5 de septiembre, estando solo en mi casa de un pueblo del Occidente asturiano, comencé a sentirme mal, era una sensación digamos que no alarmante, pero a la vez me resultaba extraña.
Después de dar vueltas por casa y no conseguir que esa sensación cambiara, decidí vestirme y coger el coche para bajar a ver el mar, y así tratar de mejorar dándome el aire.
Sin embargo hubo algo, no sé el qué, que me hizo cambiar de opinión a la vez que de ruta, y decidí ir al Hospital de Jarrio.
Fui conduciendo despacio, con ese pequeño pero insistente dolor hasta que llegué al parking del Hospital. Aparqué y aún dudé unos instantes si entrar en urgencias o no, porque tenía miedo de “molestar” a quienes estaban de guardia, por algo que podía no ser nada... ¡menuda contradicción!
Después de un electrocardiograma perfecto, los resultados de unos análisis reflejaban una “anomalía”.
Se decidió mi ingreso en la UCI.
Nadie de mi familia sabía dónde estaba, ni qué me había pasado, sin embargo me sentí en todo momento arropado y tranquilo.
Una vez hecho el diagnóstico, se decidió mi traslado al HUCA, el miércoles 6 de septiembre, con la idea inicial de hacer un cateterismo, implantar un "stent" y volver ese mismo día para el Occidente.
Sin embargo, el estado de mis arterías coronarias (excesivamente calcificadas) aconsejaba mi ingreso para valorar una posible intervención.
El día 14 de septiembre me puse en las manos del doctor Silva y el doctor Zabala.
Fui dado de alta el día 26.
Han transcurrido dos meses y aún sigo en fase de plena recuperación.
Quiero con esta carta agradecer públicamente a todo el personal sanitario, médicos, enfermeras, auxiliares, celadores..., personal de planta, de la UCI, del Hospital Comarcal de Jarrio y del HUCA el trato recibido en todo momento.
No tengo más que palabras de agradecimiento a todo el personal de planta como Rafa, Rocío, Eva, María Jesús... mi más sincero, profundo y público agradecimiento por vuestra profesionalidad, vuestra dedicación y vuestra amabilidad.
No tengo más que palabras de agradecimiento a todo el personal sanitario que me atendió, aprovechando esta ocasión para romper una lanza en favor de la sanidad pública, tan injustamente tratada en algunas ocasiones.
En mi momento personal más difícil y complicado, sólo puedo expresar mi gratitud eterna, mientras continúo con mi plena recuperación.
Miguel Sánchez Rodríguez,
La Caridad (El Franco)
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