Los animales y nosotros
Ahora resulta que las ovejas son las que se comen al lobo. Que las verdaderas alimañas son las personas y no los lobos, osos y jabalíes. El autobús de la "Y" era un enloquecido en busca de esas tiernas bestias, supongo que nada harán hasta que el accidente sea fatal.
Los animalistas de nuevo cuño, los defensores de estos bichitos salvajes ¡debe de quedarles algo muy claro!: No tienen la patente en la defensa de ningún animal, más cuando tratan de hacerlo ante personas que nacieron, crecieron y están en contacto permanente con todo tipo de fauna salvaje, animales domésticos de granja y de compañía.
Estas bestias salvajes que ustedes defienden sin más argumento que osar inmiscuirse en asuntos de difícil encuadre para quien no sufre en primera línea sus estragos, tratando de apelar a sensibilidades que sólo algunas religiones incorporan en sus postulados, ya que, por lo general se contradicen casi todas, incluida la cristiana con respecto a la legitimidad de servirse de los animales para alimento y confección de vestidos. ¿Podemos domesticarlos para que ayuden al hombre en sus trabajos? Más contradictorio para el ocio y diversión que sí ustedes toleran, cómo los perritos de piso y escalera. ¿Qué decir de los experimentos médicos y científicos en animales? Cómo ven, no vamos a ir más allá, sería largo y tendido, pero lo que está claro es que en la proporción está la medida para todo, ya que, si sirven para salvar vidas humanas esos experimentos. ¿Qué dicen ustedes? Podemos convertirnos a religiones donde el animal está al mismo nivel en cuerpo y alma, claro que comen vegetales, que si también profundizamos ¿tienen vida? ¡Verdad que sí! Lo cual es que sienten y padecen ¿sólo debieran alimentarse de piedras? Está por ver si las rocas son masas totalmente inertes, si escondido en su núcleo duro tienen su propia sensibilidad. Es todo tan ridículo que sólo el sentido común arreglaría estas cosas.
Si hay una vida que estamos todos de acuerdo en proteger, es la vida humana; pues según qué circunstancias hasta los más buenistas del universo dejaría de causarle repulsión que se maten entre seres humanos: en la defensa de la propia integridad, lo cual todos tienen a bien tolerar la violencia para defenderse de bárbaros, ya sean terroristas o asesinos por gusto, ya que si no nos matarían a nosotros. ¡Pues asómbrense! Lo que viene luego, sus contradicciones:
Para éstos sensibleros animalistas, que las familias se defiendan de manadas, piaras y plagas de bichos salvajes que les causan daño físico, moral y económico, son unos desalmados. ¡Venga, váyanse a dormir! O sea, matan el ganado que sustenta a la familia para producir carne y derivados, les roban frutos, cosechas y pastos, les atemorizan día y noche y no pueden defenderse de estas bestias. Un día caminan por un sendero y se encuentran a un jabalí, mañana con un oso, y según ustedes deben ponerse de perfil para dejarle paso, sin saber si les va a embestir y tirar a ellos al barranco o de un mordisco comerse de pescuezo para arriba. ¿No se piensan ridículos?
Además vienen de la ciudad casi todos, usan la naturaleza solo para diversión dominguera o explotar los intereses que aporta ser ecologista y animalista con estos políticos. Van dispuestos a despojar a los vecinos de los pueblos de sus propiedades, allí tienen sus prados, montes, pastos, huertos, bosques, caminos, pasos, pistas, cierres, cuadras, casas, etc. Todo lo conservaron y protegieron ellos, todo cuanto no pertenece a la comunidad es de ellos, incluido el uso de los espacios protegidos donde incluyan propiedades privadas. ¿Ustedes pretenden expropiárselo así por las buenas?
Los que defienden la masificación y proliferación ¿han visto la carnicería que dejan, para ahora lloriquear por las esquinas cuando alguien hace daño a alguna de estas bestias inmundas, incluso sobrepasando los límites de sensibilidad de algunos? Matan al mayor número posible, no se conforman con un ternero, un potro o una sola oveja, que les daría para quedar bien comidos, matan al mayor número posible, los dejan desperdigados por el monte y prados. Los desagarran vivos, dejándolos despellejados sufriendo y desangrándose. ¿No les dice nada el panorama que se encuentra su dueño, ese cuadro macabro que ustedes defienden? ¡Pues no! incluso tienen que oír, leer y ver a sentimentalistas similares a los independentistas al querer proteger y conformar un mundo idílico que soñaron posible, pero ocioso a todas luces.
El Talmud, el libro sagrado de la ley cívica y ceremonial de los judíos, dice que antes de que el hombre se siente a la mesa debe alimentar primero a sus animales, porque no lo pueden hacer por sí mismos. A pesar de estas consideraciones los judíos comen carne (kosher) obtenida con previo desangre del animal. Este tipo de contradicciones nos lleva a pensar que nada es lo que parece y algunos nos quieren hacer ver.
A todos nos causa repulsión ciertas formas y maneras, pero en la racionalidad reside el poder convivir, sin que a una bestia salvaje y cualquier animal se les considere al mismo nivel en protección que a las personas.
José Viñas García, Villamiana (Oviedo)
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