Saltando a la comba
En casi cuarenta años que llevamos de democracia hemos aprendido, sin necesidad de que nadie nos lo haya enseñado, que tenemos todos los derechos a nuestra disposición. Obligaciones no tenemos ninguna. No me ofendas tú, que el usted está en desuso, y el tú, además, es más de colegueo. Del derecho al egoísmo hay un paso, les separa solo una delgada línea y el que la traspasa se convierte en un dictador al que no podemos reprender, tendríamos que prohibirle ser fascista, y entonces también nos convertiríamos en lo que es él: unos fascistas. Violencia contra la mujer; violencia de los hijos contra los padres; violencia en las aulas contra el profesor; violencia entre pandillas de copas los fines de semana, contra la policía, los vecinos, y todo el que se ponga por delante; los portales, el mobiliario urbano, etc. ¿Dónde está el respeto, la educación? Tenemos lo que nos merecemos, nada más. Ahora no nos pongamos merengues ni seamos hipócritas.
Sólo me quedaba esto, meterme con los operarios de Emulsa, con chavales y chavalas y algún madurito ya entrado en años, de mi edad, que se presentan a un sorteo municipal a tentar la suerte, a ver si por casualidad suena la flauta, sale el número premiado del bombo y poder dedicarse, por unos meses, a la ardua tarea de barrer y limpiar a chorro de manguera las calles. Tarea muy apropiada, que les vendría "dabuten" ejercer por una temporada, a los concejales okupas de nuestro ayuntamiento, alcaldesa de la corporación incluida, a ver si así se enteraban y trabajaban un poco. Así que dejo la sugerencia en el aire. Y tras el prólogo introductorio, solidario, de buen rollo de clase con el obrero, ¡tachín!, ahora viene la queja. Ese operario que, a golpe de manivela, después de regar la acera, recoge a la carrera en el carrete la manguera, a su aire, sin mirar a los peatones que en ese instante pasamos (ya mojados) por la acera. Con un salto a lo Carl Lewis salvo el obstáculo, el peligro inminente, la serpiente de goma se dirige a toda velocidad hacia mis pies. ¿Qué hubiera pasado si el que pasa por allí en aquél momento es alguien de edad avanzada? O ¿si no saltas de la acera a la calzada al paso del vehículo de la limpieza eléctrico?
Luis Ángel Gil Urbón, Gijón
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